Primeras Manifestaciones Religiosas en el Valle de Valdegovia
Primeras manifestaciones religiosas en
el Valle de Valdegovía
Antes de entrar en el tema, quiero situaros brevemente el Valle de Valdegovía.
El valle de Valdegovía se halla
en la parte occidental de la Provincia de Araba/Álava.
A pesar de que como entidad
geográfica goza de unos límites bastantes definidos, política y
administrativamente varía.
Valdegovía en su mayor parte
administrativamente pertenece a la Provincia de Araba/Álava, pero también hay
una parte que administrativamente pertenece a la Provincia de Burgos:
Los cuatro pueblos que componen
el Ayuntamiento de San Zadornil (San Zadornil; San Millán de San Zadornil;
Arroyo de San Zadornil; y Villafría de San Zadornil) y el pueblo de Valpuesta,
éste último pueblo de vital importancia en el devenir de la historia del Valle
de Valdegovía, y que pertenece al Ayuntamiento de Berberana.
Pero también dentro del Valle de
Valdegovía sus pueblos pertenecen a distintos ayuntamientos alaveses: La mayor
parte de sus pueblos pertenecen al propio Ayuntamiento de Valdegovía, otros a
Añana (Salinas de Añana y Atiega), y otros a Lantarón (Bergüenda; Alcedo; Puentelarrá,
Fontecha y Sobrón), y un par de ellos a Ribera Alta (Villambrosa y Viloria)
Y una vez situado el Valle de
Valdegovía y explicado su bipolaridad política, vamos a entrar en el tema:
primeras manifestaciones religiosas en el Valle de Valdegovía.
Por nuestra cultura y educación
cuando hablamos de manifestaciones religiosas automáticamente pensamos en
manifestaciones religiosas cristianas, pero en el caso de Valdegovía, nada más
lejos de la realidad. El Valle de Valdegovía es muy antiguo con presencia
humana desde hace al menos 51 siglos, y por eso hay que pensar que antes de que
Valdegovía deviniera en cristiana, hubo otras religiones en las que creyeron
sus habitantes, porque religiones han existido desde la antigüedad.
Hace 5000 años, en el
neolítico, aquel primitivo habitante de Valdegovía, tuvo también sus
dioses.
(Foto: Pintura
neolítica de SOL en Portillo Lerón- Parque Natural de Valderejo)
Adoraron al SOL y así nos lo hicieron saber en esta pintura rupestre que nos dejaron en el portillo Lerón, como podéis ver en la foto cedida por el arqueólogo Armando Llanos. Por desgracia esta pintura y el resto que aparecieron por una mala praxis en su conservación y protección, han desaparecido al protegerlas con un metacrilato a través del cual los rayos solares actuaron como un láser borrando las pinturas. Lo que la naturaleza conservó durante más de 5000 años, el hombre lo ha perdido en muy pocos años.
(Foto: Peña Karria o
Peña Gobea)
Pero también aquel hombre
primitivo, por lo que sabemos de ellos, es muy posible que divinizaran Peña
Carria o Peña Gobea, y la adoraran como tótem de piedra a modo de ídolo.
Posteriormente desde más allá
del sol, unos pocos siglos después, llegaron gentes que trajeron la cultura del
hierro.
Estos emigrantes que llegaron a nuestras tierras fueron los autrigones, que, junto con los caristios, vascones, várdulos, y berones, fueron los pueblos que ocuparon nuestras tierras vascas.
(Foto: Distribución
pueblos edad del hierro)
Los autrigones se extendían por
el Norte el territorio comprendido entre el norte de Burgos, los ríos Saurio
(Asón) y Nesua (Nervión) y el litoral Cantábrico. Se extendía, por tanto, por
la Vizcaya occidental, la Cantabria oriental, el Burgos de la Bureba, el tercio
occidental alavés (Valdegovía), y quizá una parte occidental de La Rioja
actual. Virovesca (Briviesca) es conocida por los autores romanos como la
capital de este pueblo.
En Valdegovía tuvieron en Uxama
Barca su gran ciudad.
(Fotos: Castros de
Lastra - Caranca. Uxama Barca de los autrigones))
Adoraban sobre todo al dios
Viruvius, o Vurivius, de carácter guerrero, y parece ser que dio nombre a la
actual Bureba y a ríos como el Ubierna.
La religiosidad autrigona,
vinculada en gran medida a los elementos naturales, se transformó por la acción
romana, que fue el siguiente pueblo que vino a ocupar nuestras tierras
valdeguñesas y dominarlas.
Así os puedo enseñar una estela funeraria autrigona con decoración astral que
fue hallada en Poza de la Sal, seguramente la Salionca de Ptolomeo, y que nos
indica que también adoraban a las estrellas y la luna,
(Foto: estela
funeraria autrigona. Poza de la Sal)
y seguramente también al sol, como podemos ver
en esta otra estela aparecida en Astorga, y que se conserva en su Museo de los
Caminos, nos dice “Aquí yace Baebio Latrón, hijo de Niger, uxama barcense, de
13 años”. Los autrigones se latinizaron. Posiblemente estemos ante el primer
valdeguñes identificado.
(Foto: Estela
autrigona en Museo de los Caminos-Astorga)
En tiempos de los romanos
sabemos que en Valdegovía se adoraban a los dioses manes.
Los romanos nos dejaron una estela funeraria aparecida en Espejo y que se puede ver en el Museo de Arqueología en la calle Cuchillería en Vitoria-Gasteiz.
(Fotos: Estela romana
aparecida en Espejo)
El río Omecillo, en una de sus
crecidas por noviembre de 1846 descubrió en el término de Barcabao, en Espejo, grandes
piedras sillares, cornisas, canalones de piedra arenisca y columnas como si
hubieran estado unidas con gruesas espigas, que demostraban que habían
pertenecido a un edificio notable, quizá un templo dedicado a una musa, quizá
de un músico, o tal vez un panteón sepulcral. La musa era una divinidad
inspiradora de la música y el arte, que presidían los diferentes tipos de
poesía.
Una de estas columnas de 2,10
metros de larga por 42 cms de ancha estaba en la Casa Palacio de los Salazar,
en Espejo, propiedad entonces de D. Julián Salazar, según descubrió en 1858
Ignacio de Varona y Salazar.
Llevada a Madrid, fue estudiada
la misma.
En esta columna en su parte
superior y en el centro con caracteres de un centímetro, la inscripción con
estas palabras:
“A los Dioses Manes de Antestia
Euterpe a sus expensas, a los 75 años”
Resulta que, en mitología griega,
que luego adaptaron los romanos, Euterpe (traducida como “la gran placentera”,
“la de agradable genio”, o “la de buen ánimo”) es la Musa de la música,
especialmente protectora del arte de tocar la flauta. Como las demás Musas era
hija de Mnemósine y de Zeus.
Por lo general se la representa
coronada de flores y llevando entre sus manos el doble-flautín. En otras
ocasiones se la representa con otros instrumentos de música: violines,
guitarras, tambor, etcétera. A finales de la época clásica se la denominaba musa
de la poesía lírica, y se le representaba con una flauta en la mano, como es el
caso que os presento, y que podéis contemplar en la Torre Palacio de los Varona
en Villanañe, pueblo de Valdegovía.
(Foto: Euterpe
representada en papel pintado Torre Varona-Villanañe)
Esta estela dice bien a las
claras que los espejeños de entonces adoraron a los dioses del Panteón de Roma.
Los Manes, en plural siempre, en
la mitología romana, eran unos dioses familiares y domésticos o caseros por lo
general asociados a otros llamados Lares o dioses familiares y Penates o dioses
de la despensa. Eran espíritus de antepasados, que oficiaban de protectores del
hogar. El pater familias o padre cabeza de familia, era su sacerdote y oficiaba
sus ceremonias religiosas y ofrendas en las viviendas.
Al regresar de Madrid la estela, D.
Julián Salazar la dejó tirada por el suelo
En 1944 así la halló Gerardo
López de Guereñu
(Foto: Estela
funeraria Espejo, abandonada en el suelo Casa Salazar-Espejo)
Posteriormente esta estela fue
utilizada como asiento en la delantera de la casa palacio de los Salazar, y
afortunadamente hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Provincial de Álava,
por la donación que hicieron de ella los hermanos Pinedo Cerrillo.
Del tiempo de los romanos tenemos también un topónimo.
Alto de Numano en el pueblo de Caranca, que hace referencia a Numa, primer rey
de Roma.
Después de la muerte o desaparición de Rómulo, es elegido
por el Senado, Numa Pompilio por su sentido de justicia y por su competencia
religiosa entrado ya en años, un hombre piadoso y sabio que vivía en la ciudad
de Cures. Dio leyes y potenció los derechos y acuerdos de paz entre Roma y el
resto de las ciudades. Se le considera el fundador de la religión romana y el
introductor de nuevos dioses como Jano, quien es el encargado de la custodia de
puertas y caminos, hecho que le sitúa a la entrada y salida de las poblaciones
o a la vereda de las calzadas.
(Foto: Vista de Caranca en 1910)
y por este término mencionado Alto de Numano, pasaba la primitiva calzada romana,
(Foto: Mapa vías romanas por
Valdegovía)
un ramal que unía la itere XXXI de Burdeos a Astorga con
la cornisa cantábrica. Partía este ramal de Pancorbo y al llegar a las
proximidades de Villanañe se subdividía e iba por Villanueva y Bóveda a los
puertos cántabros, Santoña, Laredo, y por Caranca y Osma a Orduña y de ahí a
puertos vizcaínos, Bilbao… ¿Estuvo aquí un templo en memoria del rey Numa
dedicado al dios Jano?
La respuesta se la dejo a los arqueólogos que quisieran
profundizar en este término.
Pero los romanos fueron los
que nos trajeron la religión cristiana, aunque no tenemos muestras de ello
aquí en Valdegovía, posiblemente este sarcófago entre unas tumbas romanas
aparecidas al hacer una obra en la carretera a su paso por Espejo, y que por
desgracia no pudieron ser estudiadas por los arqueólogos ya que primó la obra y
no el hallazgo arqueológico. En este sarcófago estaba grabada una serpiente,
uno de los símbolos primitivos del cristianismo.
(Foto: Tumbas romanas
en Espejo)
En el cristianismo, la serpiente,
hoy generalmente representa al demonio, en sus orígenes también sabiduría (“sed
tan prudentes como la serpiente y buenos como palomas” Mateo 10,16) y también astucia
(Génesis 3,1).
Y llegamos a la época de los
visigodos siglo V-VI de nuestra era. Y aquí surgen en Valdegovía los
eremitorios.
San Prudencio inició su vida
religiosa como anacoreta o eremita, y en ese aspecto lo podemos relacionar con
el Valle de Valdegovía donde también destacan sus eremitorios, que sirvieron de
refugio a personas religiosas que buscaban su fe en Dios al igual que nuestro
Santo Patrón que la buscó por tierras sorianas.
Quizá nunca sepamos la verdadera
razón que llevó a aquellas personas a trasladarse a Valdegovía y vivir en una
nueva vida religiosa: los eremitorios. Consistía en retirarse a vivir a lugares
apartados, normalmente cuevas naturales o excavadas, donde poder orar, hacer penitencia y por qué no,
huir de uno mismo, buscando la perfección cristiana en soledad, rechazando el
boato y la ostentación de la Iglesia Oficial del momento, y rechazando su
colaboración con el estado civil dominante.
El eremitismo peninsular fue propulsado por un obispo hispano, Prisciliano de Ávila (s. IV), que se convertiría en el primer eclesiástico ajusticiado por un tribunal secular.
(Foto: Representación
de Prisciliano de Ávila)
Cabe destacar que entre los
opositores a su ejecución encabezó la misma Martín de Tous, a quien tantas
iglesias tenemos dedicadas en nuestra provincia de Araba/Álava, y en Valdegovía
tenemos dos iglesias parroquiales dedicadas a San Martín: la del pueblo de
Guinea y la iglesia de San
Martín de Bachicabo donde podemos apreciar sus dos retablos, uno detrás de
otro.
(Foto: Retablo renacentista de iglesia San Martín de Tours de Bachicabo)
(Foto: Retablo fingido iglesia San
Martín de Tours de Bachicabo)
Sin embargo, esta corriente
eremítica, no llega a Valdegovía hasta el siglo VI, y restos de esto quedan en
las 18 cuevas de las localidades de Barrio, Corro, Pinedo, Quejo, Tobillas,
Valpuesta y Villanueva de Valdegovía.
Para entender la existencia de
estas cuevas en Valdegovía hay que reparar en su significado: Valle de cuevas.
Cuevas en las que vivieron los primitivos habitantes de Valdegovía, los
autrigones. También éstos vivieron en Treviño y Miranda de Ebro.
En las cercanías del Valle
Valdegovía, está Miranda de Ebro, y en su término radica Peña Gobera. Su nombre,
Gobera, también nos evoca a Gobea, a Cueva. Y efectivamente a los pies de Peña
Gobera, estuvo el despoblado de Herrera, donde aún hoy se halla el monasterio
de Herrera, y los restos de la antigua explotación salinera de Herrera. Pues
bien, junto a estas edificaciones, encontramos también cuevas trogloditas, que al
igual que las de Valdegovía, aparentan ser emplazamientos de ermitaños, quizás
los antecesores altomedievales del monasterio actual.
(Foto: Cuevas
trogloditas en Herrera-Miranda de Ebro)
(Foto: Cueva
trglodita en Herrera-Miranda de Ebro)
Esta corriente eremítica se estableció también en el enclave de Treviño, donde encontramos el conjunto de cuevas artificiales de Las Gobas
(Foto: Exterior
Cuevas artificiales Las Globas – Condado de Treviño-Burgos)
(Foto: Interior cueva Las Globas
– Condado de Treviño-Burgos)
Y Santorkaria, que albergan mucha
similitud con las cuevas del municipio de Valdegovía.
(Foto: Exterior
Cuevas de Santorkaria-Condado de Treviño-Burgos)
(Foto: Interior cuevas
Santorkaria-Condado de Treviño-Burgos)
Tres sitios, Valdegovía, Treviño,
y Miranda, relativamente cercanos entre ellos que acogieron esta forma de vida
eremítica.
Y nuestro Valle de Valdegovía fue
uno de los lugares elegidos, situado al más al norte de los mencionados, y
quizá último reducto para aquellos que encontraron ya ocupados los anteriores.
En este marco de eremitismo
encontramos tres funciones específicas para estas cuevas:
La cueva templo: Suele ser
una cavidad de mayor tamaño y dividido en varias estancias. Destacar la
hornacina excavada en la pared.
(Foto: Interior Cueva
en Corro – Templo))
La cueva habitación:
Cavidades de cámara única, generalmente de tamaño reducido, consideramos que
han servido de morada al asceta, que buscaba la soledad y el retiro.
(Foto: Interior cueva
Corro- Habitáculo)
La cueva necrópolis:
Enterramientos existentes en el interior y en el exterior, considerando estos
como más antiguos, realizados directamente sobre la tierra sin realizar ningún
tipo de sepultura. Los que aparecen en el interior de las cavernas serían más
modernos, relacionados más con su función de ermita.
(Foto: Necrópolis
interior en Cueva Corro)
Aunque ya he mencionado que en
Valdegovía hay localizadas 18 cuevas en diversas poblaciones del valle, quiero
destacar las más conocidas y accesibles: Corro, Pinedo y Tobillas.
Cuevas de Corro
(Foto: Vista
exterior cuevas de Corro)
Estas cuevas al igual que las de
Pinedo han perdurado como centros de culto hasta el siglo XVIII, luego fueron
ocupadas por pastores, vagabundos y mendigos.
Hasta hace algún tiempo estas
cuevas estuvieron dedicadas al culto en forma de ermita bajo la advocación de
San Juan.
LA CUEVA I
(Foto: Exterior
Cueva I de Corro)
De planta rectangular, con dos
ventanas en paredes opuestas.
La cueva está ocupada por una
serie de sepulturas, destacando dos al Oeste sobreelevadas del suelo habiendo
sido dignificadas con bovedilla de horno En el otro extremo se repite el
esquema con otras dos sepulturas cobijadas bajo arco de medio punto del tipo de
arcosolio.
La impresión que ofrece la cueva
es la de haber sido retocada, sobre todo para añadirle algunas sepulturas lo
que hace poco reconocible su forma primitiva.
(Foto: Interior cueva
I Corro)
LA CUEVA II
Fue utilizada como ermita bajo la
advocación de San Juan. Fueron dos en un principio, como vemos en las dos
puertas de entrada.
(Foto: Exterior cueva
II Corro)
Llama la atención la cruz labrada
en la jamba de la entrada.
(Foto: Cruz Labrada
cueva II Corro)
La cueva es de planta ligeramente circular con
repisa corrida, hoy destruida en su mayor parte.
La cueva contiene varias
sepulturas de diferente tipología las más bien conservadas están excavadas en
el suelo a los pies de dos arcos de medio punto que a su vez también contenían
sepulturas hoy destruidas.
(Foto: Interior cueva
II Corro)
Un vendedor ambulante, que habitó
estas cuevas durante el siglo XX, destruyó la repisa lateral y las sepulturas a
la vez que construyó un piso superior
Cabe apreciar en el exterior de
esta cueva el sistema de recogida de agua de lluvia para su consumo.
Delante de esta cueva se ven
restos de una excavación arqueológica, donde se fechó un enterramiento exterior
a la cueva en el año 620 DC datándose el enterramiento con la prueba del
carbono 14.
(Foto: Panorámica
cuevas Pinedo)
Sirvieron de culto hasta el siglo
XVIII, y hasta hace algún tiempo estuvieron dedicadas en forma de ermita a
Santiago Apóstol. Una vez abandonada su función inicial, fueron ocupadas por
pastores, vagabundos….
Se trata de un conjunto de dos
cuevas.
(Foto: Exterior
Cuevas de Pinedo)
La primera de ellas serviría por su
distribución como vivienda y a través de ella se accede a la segunda en un
plano superior, que serviría de recogimiento u oración. Encima de la primera de
las cuevas se encuentran al descubierto dos tumbas.
(Foto: Tumbas
exterior cuevas Pinedo)
A continuación de las cuevas hay una larga covacha donde podemos observar tres tumbas antropomorfas de personas adultas con rebajes en los bordes para encajar la losa, excavadas en la roca del suelo.
(Foto: Tumbas en
covacha Cuevas de Pinedo)
Cuevas de Tobillas
Enclavadas en lo alto de una
peña, entre densa vegetación, encontramos tres cuevas de reducidas dimensiones,
deterioradas e incompletas, pero también dignas de visitarse.
(Fotos: Exterior
cuevas de Tobillas)
Y de los eremitorios pasamos a
los monasterios.
En la península es frecuente encontrar
monasterios que surgieron al amparo de los eremitorios, tras previa conversión
en cenobios, es decir, a esos eremitas o anacoretas se les unieron más personas
y empezaron a vivir en comunidad. Esos cenobios dieron lugar a los monasterios.
Es el caso de uno cercano a nosotros y que hemos mencionado ya: Herrera en las proximidades de Miranda, donde aún hoy se halla el monasterio de Herrera, actualmente conocido como Yermo Camaldulense de Nuestra Señora de Herrera.
(Fotos: Monasterio
Camaldulense de Herrera -Miranda de Ebro)
Pero en Valdegovía no tenemos esa
correlación. Los monasterios surgen no próximos a los eremitorios.
El primer monasterio del que
tenemos constancia es el de Valpuesta, en la Valdegovía burgalesa.
(Foto: Vista de
Valpuesta – Burgos)
Sedes Episcopal desde el año 804
hasta el año 1087. Casi durante tres siglos esta pequeña población fue sede
episcopal, hasta su traslado a Burgos, y también la podemos considerar primera
diócesis de Vasconia junto con la de Armentia.
No sólo para esta zona fue una
pérdida considerable como sede episcopal sino también para Vitoria y Álava, ya
que también en ese año de 1087 la Sede Episcopal de Armentia se trasladó a
Calahorra y la sede de Valpuesta a Burgos.
A pesar de perder la categoría de
obispado el arcedianato de Valpuesta debió de gozar de prestigio si nos
atenemos a algunas de las personas que ostentaron dicho cargo, como los papas
Alejandro VI y Adriano VI, los cardenales Alonso Carrillo de Albornoz, Gil
Carrillo de Albornoz, y obispos, como Pedro Fernández Vaca y Antonio Osorio de
Acuña.
Hasta la constitución del
Obispado de Valpuesta en la zona cristiana sólo existía un único obispado que
estaba situado en Oviedo, donde el rey Alfonso II el Casto había trasladado su
corte.
(Foto: Mapa diócesis
de Valpuesta S IX-X)
Por cierto, durante el reinado de este rey
Alfonso II el Casto se produjo el hallazgo o aparición del cuerpo del apóstol
Santiago en Compostela, y con este rey se inicia lo que hoy conocemos como el
Camino de Santiago, realizándose el primer trayecto original de peregrinación
desde Oviedo hasta Compostela y considerando a Alfonso II como el primer
peregrino.
El Norte peninsular no musulmán, estaba constituido por el Reino de Asturias, Vasconia, y el Imperio Carolingio.
En el año 804, dice la historia
que el obispo Juan llega y encuentra Valle Composita.
(foto: Centro Social
Valpuesta)
El nombre de “Valle Composita” del que deriva
Valpuesta, es probable que se encuentre relacionado, como el de Compostela, con
el significado de “Valle del Cementerio”, ya que quienes repoblaron este lugar
se supone que encontrarían en él las ruinas de una vieja iglesia con su
cementerio.
De aquella época que Valpuesta
fue obispado se conserva los cartularios que luego comentaremos.
(Foto: Vista de
Valpuesta)
La leyenda dice que el obispo
Juan como ya hemos comentado llega casualmente a Valpuesta y se encuentra una
pequeña Iglesia, en torno a la cual constituye el Obispado.
Casualidades, las justas. El
Obispo Juan sabía perfectamente dónde venía y a qué venía.
Hay tres razones para la creación
del obispado en Valpuesta:
- Situación
geográfica
- “Familiares”
- Económicas
Situación geográfica:
Al este de la franja cristiana
del reino de Asturias y lindante con Vasconia. Eclesiásticamente desde
Valpuesta se atiende cristianamente el este del Reino de Asturias y buena parte
de Vasconia
Civilmente permite a Alfonso II
el Casto establecer y fijar una frontera entre Asturias y Vasconia, ocupando un
territorio deshabitado y abandonado por sus habitantes consecuencia de la
colonización musulmana de la península.
De aquella ocupación por el
Obispo Juan de esta zona de Valpuesta, es el motivo por el que esta parte de
Valdegovía hoy en día es Burgos y no Álava.
Razones “familiares”:
Cuando Alfonso II El Casto envía
al Obispo Juan a establecer en Valpuesta el Obispado, no lo hace por ciencia
infusa, premonición, imaginación. Lo hace porque Alfonso II el Casto era
conocedor de la zona.
(Foto: Estatua Alfonso II El
Casto rey de Asturias)
-
Alfonso II El Casto, hijo de Fruela y Doña Munia de Álava, reinó en dos ocasiones.
La primera de ellas en el año 783. Disputas por la corona, su tío Mauregato, se
alza con el poder y se corona rey de Asturias y persigue a muerte a Alfonso II,
quien se refugia en Valdegovía entre sus parientes maternos. Nos cuenta Mario
Ochoa Axpe en el Tomo II de Álava en sus manos, como es destronado y sale del
reino, dirigiéndose en su huida a Álava, al calor de los parientes de su madre,
donde vive seis años. Su madre, Munia, alavesa, criada a la sombra de Peña
Gobea, quien es la primera mujer que nos habla de amor y familia. Este refugio
en tierra segura de Alfonso II, nos hace pensar que Álava tenía un régimen
político diferenciado del Reino de Asturias, porque si Álava hubiese dependido
del Rey de Asturias la persecución hubiese continuado en tierras alavesas.
- El
segundo reinado de Alfonso II El Casto, lo fue ya entre los años 791 al 842 en
que murió «tras haber llevado por 51 años casta, sobria, inmaculada, piadosa y
gloriosamente el gobierno del reino» según está escrito en la Crónica
Sebastianense. (Sebastián, obispo de Salamanca u Ourense). En el año 791 tras
la renuncia del sucesor de Mauregato, Bermudo I al reino, es proclamado
nuevamente rey de Asturias. En aquel tiempo los reinos no se heredaban. Los
reyes eran proclamados, por lo que la descendencia no era primordial como lo es
ahora en las monarquías. Es por ello que Alfonso II se mantuvo casto según la
tradición y no consumó su matrimonio con Doña Berta, manteniéndose casto
durante todo su matrimonio y murió sin descendencia. Durante este segundo
reinado es cuando en el año 804 manda al Obispo Juan a erigir el obispado de
Valpuesta.
Como también conocieron
Valdegovía sus antecesores en el Reino de Asturias.
- Pelayo,
I Rey de Asturias:
Fray Miguel de Varona en su obra
manuscrita “Historia de la Casa Varona”, escrita en 1715, en base a los
documentos existentes en la Casa Varona y en los archivos de Madrid, capítulo
IV dice: El señor Infante Don Pelayo a quien había venido acompañando y
sirviendo como peregrino en sus trabajos Sancho, capitán también derrotado con
el señor Infante (se refiere a la batalla del Guadalete), hijo de el gran capitán Estrabón que, como
Sancho, era hermano de don Rodrigo, Señor de la Casa(De Varona) llevó a hospedarse
en ella al señor Infante, de donde don Pelayo atalayase los movimientos de Don
Eudón y don Pedro, sus émulos (rivales) , quienes andaban con las armas en la
mano sobre quién se había de alzar con el Señorío de Vizcaya, que en justicia
era de don Pelayo.
Algunos años después, entre 716 y
720, don Pelayo salía de Villanañe para Asturias para ser proclamado Rey.
Nota: Los escritos de Fray Miguel
de Varona hay que cogerlos con “pinzas”. Sus textos son muy dudosos.
- A Pelayo le sucedió su hijo Fabila.
(Foto: Representación
muerte Rey Fabila por un oso)
Según recoge D. Ramón Ortiz de
Zárate (1817-1883), insigne defensor de los fueros alaveses y vascongados, en
una de sus obras sobre la Provincia de Álava, y en concreto sobre la abundancia
de aguas minero-medicinales en la misma, y en lo relativo al cercano balneario
de Sobrón (pueblo del valle de Valdegovía): Dos altísimos y quebrados montes
dominan el establecimiento balneario: uno de ellos es el Arcena,
correspondiente a Álava, y el otro Besante. Es tradición que en este monte de
Arcena fue donde pereció el rey D. Favila destrozado por un oso.
(foto; Representación de Furela
rey de Asturias)
Casó con Doña Munia de Álava,
quien era nativa de este valle de Valdegovía, según recoge la enciclopedia
Auñamendi. Hay dos versiones sobre esta boda; una, la más extendida que Fruela
harto de tanta batalla con los vascones, secuestró a Doña Munia y se casó con
ella para que cesaran los ataques. Por otra parte, en el tomo II de Álava en
sus manos, Mario Ochoa Axpe, nos cuenta como el Rey Fruela vence a los
sublevados vascones y toma por rehén y esposa a Munia en la que procrea a
Alfonso II.
Este hecho creo yo que en vez de apaciguar las
malas relaciones las hubiese incrementado.
Por eso pienso que la otra
versión es la buena: que hubo un pacto de boda con Doña Munia para alcanzar la
paz.
- Antes
he comentado la diferenciación política del Reino de Asturias con Álava. Quiero
reflejar un documento del 18 de mayo de 919, en el que por primera vez aparece
el pueblo valdeguñés de Espejo, por la disputa de las posesiones de un presbítero
llamado Fenestesio, entre el Monasterio de Valpuesta y el Monasterio de Santa
María del Puerto de Santoña, en el que se termina indicando que reinando en
Asturias y León Ordoño II y el Conde Vigilatz en Alava.
Razones económicas:
Al existir un único obispado en
Oviedo, la cantidad de curas, obispos, y demás religiosos es enorme, y hay que
darles de comer a todos. Por eso hay que buscar nuevas fuentes económicas, y un
buen motivo es la constitución de un nuevo obispado.
Pero este nuevo obispado debe
producir sus propias rentas, sus propias cosechas desde el principio.
¿Por qué el Obispo Juan no viene
directamente a Villanañe a ser acogido por los antecesores de Varona y fundar
ahí el obispado?
(foto: Casa Torre e
iglesia de los Varona en Villanañe)
Porque las tierras ya tienen
dueño y dan de comer a los que dan. No hubiese habido posiblemente para nuevas
personas que alimentar.
Por eso ocupan una tierra
deshabitada y abandonada. Desde el primer momento pueden darles réditos y
cosechas ya que nadie va a poder reclamarles las tierras. Además, el rey
Alfonso II el Casto, concede u otorga el derecho de presura.
Presura (en Castilla) o aprisio
(en Aragón), era el nombre que recibía una modalidad de repoblación en las
primeras épocas de la Reconquista, basada en el Derecho romano. El rey concedía
alodios (tierras en propiedad -con o sin documento escrito-) al primero que las
roturase, es decir, a campesinos que de esta manera mantenían su condición
jurídica de libres, con la condición de que las cultivasen y se mantuviesen
bajo su mandato.
Es por eso que el documento de constitución del obispado de Valpuesta es muy rico en detalles geográficos: lo que ocupan, límites con los pueblos de alrededor precisos.
(Foto: Transcripción
límites Valpuesta años 804)
Y a continuación estuvieron
obsesionados con recopilar escrituras de donaciones, herencias, legados,
juicios, ventas, etc.… que dieron lugar a lo que hoy conocemos por los
Cartularios de Valpuesta, que se guardan en el Archivo Histórico Nacional en
Madrid.
La importancia de este lugar, de
Valpuesta: Aquí es donde verdaderamente nace el castellano.
El castellano nace en el Valle de
Valdegovía.
Los Cartularios de Santa María de Valpuesta nos ofrecen un conjunto de rasgos lingüísticos de la época de orígenes del castellano (siglos IX al XIII) que nos sirven para delinear cómo empieza a conformarse esta lengua romance en este nuestro valle de Valdegovía, hoy a caballo entre las jurisdicciones burgalesa y alavesa. Los datos más antiguos están vinculados a la época en que este centro monástico gozaba de una indudable importancia histórico-política, cuando todavía no se habían creado otros más al sur, como Cardeña, que tomarán su relevo.
(Foto: Copias de
cartulario Valpuesta primeras palabras en castellano)
En noviembre de 2010, la Real
Academia Española avaló los cartularios, escritos en «una lengua latina
asaltada por una lengua viva», como los primeros documentos en los que aparecen
palabras escritas en castellano, anteriores en un siglo a las Glosas
Emilianenses.
Valpuesta se sitúa en la etapa y
la zona donde se originaria el primitivo romance castellano que, debido a la
afluencia de gentes mozárabes e hispanos godos, de cultura estrictamente
latina, se caracteriza por la ausencia de otros elementos vascos que no sean
los fonéticos anteriores al siglo IX, esto es, el castellano propiamente dicho.
(foto: Copia
cartulario año 939 primeras palabras en castellano y transcrpción)
En cuanto a la frase del
cartulario de Valpuesta, año 939: Potro castanio et pielle, se podría traducir
como: Potro de piel castaño, o bien un potro castaño y pieles (y una piel),
siendo de los primeros documentos en castellano.
Y aunque no son de las primeras
manifestaciones cristianas, os voy a enseñar otras más posteriores que
encontramos en Valpuesta.
Destacan, en su interior, las
vidrieras de la Iglesia en Valpuesta, donde se refleja claramente la idea
de aquella época gótica que “Dios es luz” y a través de la luz vemos sus obras.
La luz atraviesa los ventanales y se transfigura descubriéndonos unas secuencias teológicas narrando historias de la fe cristiana.
(Foto: Vidriera en
iglesia de Valpuesta)
Podemos contemplar escenas tales
como Adoración de los Reyes Magos, la Crucifixión, podemos ver ángeles,
apóstoles, leones, ciudades, paisajes increíbles, hasta símbolos esotéricos
bien escondidos.
Era el cine y la fotografía de
aquella época.
(Foto: Vidrieras en
ábside iglesia de Valpuesta)
Es una pena que por colocar y
aprovechar un calvario y otras dos esculturas que estaban en la Iglesia se han
colocado encima del retablo e impiden una buena visión de las vidrieras,
excelentemente restauradas.
El zócalo del retablo. Se recoge en estos relieves una serie de escenas que presentan momentos de la vida de la Virgen María, desde su nacimiento, inédito o casi en representaciones de la Virgen, observen la cara anciana de Santa Ana;
(foto: Representación
nacimiento de la Virgen en retablo)
el encuentro y abrazo de San
Joaquín y Santa Ana en la Puerta Dorada, la presentación de María en el templo,
o la huida a Egipto, con un ángel arando el camino para que no pudieran seguir
sus pasos.
(Foto: Representación
de la Huida a Egipto en retablo)
En la capellanía de la Santísima Trinidad aparece ésta reflejada en tres personas humanas como podéis ver en la diapositiva.
(Foto: Representación
Santísima Trinidad en capilla)
Resulta original ver así
representada la Trinidad, pues el Concilio de Trento, 1545-1563, abolió esta
forma de representación en tres personas, y desde entonces se representa a Dios
con un ojo que todo lo ve, al Espíritu Santo en forma de paloma, y a Jesucristo
en su forma humana.
Y en ésta y otras capillas
aparece un huevo. Junto a la Virgen, el huevo representa pureza;
(Foto: Capilla de la
Trinidad)
junto a cristo crucificado o junto al
nacimiento representa vida, pero ¿Cómo explicar a las gentes de entonces que la
Santísima Trinidad eran tres personas distintas en una sola naturaleza? El
huevo simboliza esa Trinidad: el huevo está compuesto por tres partes, cáscara,
clara y yema. Las tres juntas constituyen el huevo y por separado cada parte
tiene su propia estructura.
Casa del Inquisidor Zaldívar
El visitante se fijará en los
escudos que poseen la casa del inquisidor Zaldívar, construcción que tal y como
podemos apreciar data del año 1590. El primer escudo, familiar. El segundo un
aviso a navegantes: “vive bien que has de morir”.
(Foto: Lema en casa Inquisidor
Zaldívar)
Normalmente, quien visita
Valpuesta lee y sonríe. Eso se debe, a que no se percata de que el inquisidor
quería decir realmente: Vive de acuerdo a las normas que yo marco (vive bien),
o te corto el cuello (que has de morir).
Unos pocos años más tarde, se
funda el segundo monasterio: San Román en el pueblo de Tobillas. Estamos en el
año 822
(foto: Iglesia de
San Román en Tobillas)
El pueblo de Tobillas fue el
lugar escogido para aquellos cristianos que pusieron en marcha el primer templo
de esta religión en el País Vasco, el monasterio de San Román.
La Diputación Foral de Álava ha
desarrollado un minucioso trabajo de recuperación que ha vuelto a abrir el
debate sobre la arquitectura prerrománica. Y es que el edificio consta de
cuatro etapas constructivas: Siglo IX; una segunda del siglo X, una tercera
románica, y por último, la cuarta fase que engloba todas las reformas que ha
ido sufriendo hasta llegar a nuestros días.
Además de la evolución en su
arquitectura, la importancia de la iglesia radica también en las fuentes
documentales a la hora de datarlo. El abad Avito aporta el primer testimonio
con la reforma como iglesia monástica en el año 822.
La generosa dotación que el Abad
Avito efectúa al fundado monasterio es bien cuantiosa: 24 yuntas de bueyes, 100
vacas, 80 yeguas, 20 caballos y mulos,500 ovejas, 24 libros y 23 eras salsas
San Román es el primer monasterio que adquiere una amplia participación en la explotación salinera de Añana.
(Foto: Vista general
de las salinas de Añana)
Posteriormente, el presbítero Vigila da testimonio de la restauración que se llevó a cabo en el siglo X. Una lápida encontrada que está depositada en el Museo de Arqueología de Vitoria, traducida del latín, dice: Renovado este templo por el Presbítero Vigila en honor de San Román y San Cipriano, por su cuenta, en la era 977, que corresponde al año 939.
(Foto: Lápida
ampliación iglesia año 939 por Vigila)
Y el tercer testimonio, de
reciente descubrimiento, llega mediante un epígrafe de clara paleografía
mozárabe, todavía in situ.
(Foto: Epígrafe
paleografía mozárabe)
La transcripción es muy problemática porque
está bastante deteriorada. En la primera línea se lee DEI, que pudiera ser el
final de la frase funeraria obit famulus dei. Lo último puede leerse como ABAS,
quizá la condición eclesiástica del difunto. Segunda línea: El inicio del
siguiente renglón también es confuso, pero puede leerse SITUS IN E, con restos
quizá de un R que puede hacer referencia a la era. La última línea presenta
diversos caracteres que pueden ser interpretados como numerales.: A XXXVI,
quizá haga referencia a la edad en que murió el difunto, pero resulta difícil
de interpretar. De lo que no cabe duda es del uso de grafías del alfabeto
visigótico-árabe, entre las que destaca el uso de la T toledana.
De aquel monasterio nos queda su
recuerdo. Desapareció fulminantemente. Un gran pulso económico con el
monasterio de Valpuesta llevó a su desaparición. La eterna pelea en el mundo
rural: agricultores contra ganaderos. Y además añadimos la pelea eclesiástica. Los
monasterios medievales, previstos para ser lugares de oración y trabajo,
estaban constituidos por comunidades de hombres o de mujeres, que ingresaban en
el claustro con los rasgos particulares de su carácter y eran también células
significativas del cuerpo social en el que estaban insertos. En función de las
dos circunstancias, ni todas las familias monásticas fueron capaces de
preservar la paz dentro de los muros monásticos ni mucho menos pudieron
aislarse de las situaciones de conflicto creadas fuera de aquéllos. Esa doble
dimensión, de conflicto y violencia, internos y externos es en la que se vieron
implicados los monasterios de Valpuesta y de Tobillas.
De aquel gran monasterio
también nos queda un excelente recuerdo: el silo
(Foto: Silo del
monasterio de Tobillas)
Y no podemos olvidarnos de las
muestras de arte figurativo en su fachada, que nos indican no sólo el carácter
religioso de aquellas iglesias si no también su carácter social.
Todo son grabados, los
principales y más interesantes de tipo filiforme (fina línea incisa), con
motivos esquemáticos que pueden corresponder a arboriformes.
(foto: esquematismo arboriforme)
Otras pueden corresponder a esquematismos humanos.
(Foto:
esquematismo humano)
Unos grabados muy numerosos nos
muestran pentalfas.
(foto: Pentalfas)
Pentalfas: Una estrella pentagonal, también
llamada pentáculo, pantáculo, pentalfa, pentángulo o estrella pitagórica es un
polígono estrellado de cinco vértices dibujado con cinco segmentos de recta
consecutivos tal que cada uno corta a otros dos. Es un polígono complejo.
También se le denomina pentalfa
porque su dibujo posee cinco letras A (alpha en griego) y pentángulo por poseer
5 ángulos agudos.
En tiempos paganos Pentalfas o
Estrellas de 5 puntas, se colocaba en las entradas a las casas o edificios como
cierre para neutralizar energías negativas y de esta forma se formaba un cierre
de protección para recintos.
(Foto: Pentalfa)
Con la conversión al
cristianismo, las pentalfas pasan a simbolizar la fuerza de Cristo quien
protegerá a los habitantes de las casas. También en el cristianismo el
pentagrama geométrico con el vértice meridiano apuntando hacia arriba significa
las cinco llagas de Cristo.
Hay unos grabados que pueden
parecer juegos de mesa, tipo damero actual.
(Foto: Retículas o
dameros)
(Foto: Juego del
molino del doce)
(Foto: Esquema de la representación del molino del doce en el sillar)
También en la fachada de esta
iglesia destaca su reloj canónico. Normalmente estos relojes se
colocaban a la altura de entre 1,50 y 1,70. No son relojes de sol son relojes
de canónicos o de oración y también de misa.
(Foto: Reloj
canónico)
Este reloj típico de los
canónicos, además tiene en su parte superior izquierda un grabado que puede
tener diversas interpretaciones. (hay quien piensa que puede ser una cruz
templaria, o simplemente una cruz cristiana para indicar que el reloj es para seguir
el culto cristiano).
En el siglo VII tomaron
relevancia las órdenes benedictinas. En el año 529, el fundador de esta orden
religiosa, san Benito, prescribe desde su monasterio unas Reglas precisas por
las que todos los monjes benedictinos de Europa deben regirse. Ya desde sus
orígenes, la Iglesia católica quiso santificar determinadas horas del día con
una oración común. San Benito denominó a estas horas de rezo "horas
canónicas", y así se haría desde el siglo VI. El nombre proviene de las
normas o cánones proporcionados por la Iglesia.
La gnomónica de estos siglos
derivó a la construcción de relojes de misa o relojes de horas canónicas, en
ellos se indicaban las horas de rezo: Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Sexta,
Nona, Vísperas, Completa
Nos vamos a los siglos IX-X. Necropolis de San Martín de Valparaíso.
(foto: Vista general
San Martín de Valparaíso-Villanueva de Valdegovía)
En la entrada de este pequeño
valle, encontramos al Oeste una pared rocosa de unos 20m de altura donde se
cobija en su base este yacimiento, con zonas bien diferenciadas como son el
lugar de vivienda y las necrópolis. Está atravesado por un pequeño río que
abastecería de agua a los pobladores del lugar, además de tener buen terreno
para huertos y pasto de los animales.
Al principio del acantilado nos
encontramos una serie de más 50 mechinales, más o menos en línea recta
que servían para encajar las vigas del tejado que cubriría los habitáculos. Es
suponible que a pesar de ser un largo tramo no sería una sola vivienda, sino
que se dividiría en diferentes compartimentos.
(Foto: Mechinales en
San Martín de Valparaíso)
Siguiendo a esta zona encontramos
una loma con algunos árboles, donde está situado el primer grupo de sepulturas,
y a unos 30m más alejado el segundo grupo que conforma esta necrópolis toda
junto a la pared rocosa.
Grupo I:
(Fotos: Tumbas
grupo I San martín de Valparaíso)
Lo forman un total de 19
sepulturas.
Grupo II:
(Foto: Tumbas
grupo II San martín de Valparaíso)
Constituye la zona peor
conservada de todo el yacimiento debido a la erosión natural y la destrucción
producida por la acción humana.
Este sector está compuesto por 12
tumbas.
Las sepulturas aparecen
prácticamente amontonadas en un mismo sector como si no hubiera existido otro
espacio apropiado para la excavación de las mismas.
Todas las sepulturas están
excavadas en la roca y son del tipo de extremos redondeados (ovaladas) o
rectangulares, alguna con la zona de los pies más estrecha, también observamos
un rebaje más elevado en algunas sepulturas en la parte de la cabeza a modo de
almohada.
En cuanto a la iglesia,
que seguro la tenía, no hay indicios de donde estaba situada, barajando la
posibilidad de que estuviera entre los dos grupos de sepulturas.
Quizá y esto también se lo dejo a los arqueólogos pudiera encontrarse dentro de una cueva en la propia pared rocosa que pasa casi desapercibida por haberse taponado su entrada con maleza. ¿Quién sabe si no tendremos la primera iglesia troglodita en Valdegovía?
Y también de esta época
tenemos la Necrópolis de Santa Lucía y Santa Olalla
(foto: Necrópolis
Santa Lucia y Santa Olalla en Corro)
Estas tumbas son de origen
altomedieval, está compuesta de una treintena de tumbas antropomorfas excavadas
en la roca viva. Las tumbas excavadas en la roca es una forma de sepultura que
surgió en la época medieval. La tipología de estas sepulturas que nos ocupan es
de tipo antropomorfa, que se distinguen de las de tipo rectangular,
trapezoidal, u ovaladas, en que además tienen la cabeza esculpida en la tumba y
son las que más se asemejan a la forma humana. Las sepulturas que aquí
tratamos, tienen todas las cabezas orientadas hacia el oeste. Estas tumbas que
hoy vemos abiertas, al aire libre, tenían todas ellas sus correspondientes
tapas. Esta tapa bien podía ser de una sola pieza o bien varias losas más
pequeñas que tapaban en su totalidad la tumba. En muchas sepulturas puede
apreciarse en todo su alrededor, también excavado en la misma roca, un rebaje
que se practicaba para poder encajar esta tapa, en otros casos las losas que
cubrían la sepultura deberían estar apoyadas directamente en el suelo.
En general las primeras
sepulturas practicadas en roca fueron en los siglos VI al VIII, evolucionando
su forma a antropomorfas, como las que aquí tratamos, entre los siglos X al
XII, época en que podemos datar estar sepulturas.
Cuando existe un numeroso grupo
de tumbas, formando una necrópolis como esta de Santa Lucía y Santa Olalla, se
han de relacionar con algún lugar de culto, generalmente excavados alrededor de
la iglesia o con alguna población cercana. En este caso los cavadores serían
artesanos especialistas dedicados a este trabajo. Podemos pensar en la
existencia en las cercanías de esta necrópolis de alguna iglesia o poblado ya
desaparecidos
El eje que siguen la totalidad de
estas tumbas es Este-Oeste, con los pies al Este, y así la mirada, la cabeza,
se orientan al Oeste, en dirección a Tierra Santa.
Y aquí hubiese yo acabado las
muestras de las primeras manifestaciones religiosas en el Valle de Valdegovía.
Sin embargo, la mayoría de
vosotros, amigos lectores, se extrañaría y con razón de que hablar de
religiosidad en Valdegovía es necesario hablar de Angosto.
(foto: Vista Convento
de Angosto)
Y lo voy a hacer, pero Angosto no entraría en
esta época de las primeras manifestaciones religiosas.
Ya sé que me vais a decir que la
imagen de la Virgen de Angosto se apareció en el año 1087, y que coincide esa
fecha con la datación de las necrópolis de San Martín y Santa Lucía y Santa
Olalla anteriormente citadas y vistas.
No pongo en duda la aparición de
la imagen de la Virgen, si no la datación de la misma.
Efectivamente eso dice la leyenda
de la aparición de la virgen de Angosto. Y las leyendas, leyendas son, y en
esta en especial la fecha de su aparición. A pesar de lo que os voy a contar
soy partidario de seguir manteniendo la leyenda que durante años nos han
contado como la aparición de la imagen de la Virgen, pero señalando la realidad
de la misma.
Las leyendas son populares y
anónimas, pero esta leyenda tiene autor conocido.
La leyenda se lo debemos a Fray
Miguel de Varona quien escribió la aparición de la virgen en el año 1715 dentro
de sus escritos sobre la historia de la familia Varona a la que él pertenecía.
(Foto: Libro Fray
Miguel de Varona)
El bueno de Fray Miguel, llevado por su
imaginación nos cuela muchas “berzas” en esa su historia. En relación a la
aparición de la virgen de Angosto, nos cuela que tratando el pueblo de
Villanañe de decidir dónde guardarla, nos cuenta que «la iglesia de San Cosme y
San Damián era la más capaz y más decente para colocar allí la imagen de la
Virgen Santísima, pero no podía llevarla allí, porque eso era entregársela a la
Orden de los Templarios que entonces no estaba extinguida, ni tenía el
Ordinario secular jurisdicción ni dominio sobre la iglesia que era de
Regulares, aunque después que se acabó esta dicha religión, fue por algunos
años iglesia parroquial de Villanañe». Eso era imposible pues los templarios,
no solo no podían estar extinguidos, sino que se fundaron bastantes años más
tarde (1118-1119) que cuando él sitúa la aparición de la virgen y la aprobación
de la orden templaria se realiza en 1129. También cuenta en la crónica de la
aparición las continuas disputas y continuos litigios entre Santa María de
Valpuesta y el concejo de Villanañe por la posesión y control de la veneración
a la virgen de Angosto. Sin embargo, no hay un solo documento que acrediten
dichos litigios.
Vidal Fernández de Palomares, el sabio sacerdote nacido en Guinea, Valdegovía, y que dedicó su vida tanto al sacerdocio como a la investigación histórica, nos descubre en uno de sus artículos, en el libro “Valdegovía y su entorno” cómo en el testamento de Sancho Pérez Ruño (Orruño), otorgado en Galbárruli (hoy La Rioja) el 22 de junio de 1436, aparece por primera vez un documento en el que se menciona a la Virgen de Angosto. En este testamento, hallado en el Archivo Histórico Nacional, se dice “E Mando a Señora Santa María de Angosto porque sea mi abogada, e ruegue a Dios por mi ánima, una sábana listada que yo tengo de dos piernas”. Esta donación confirma el hecho de que en el Santuario de Angosto había también un pequeño hospital, ya que la sábana de dos piernas se llamaba corrientemente a la sábana para hospitales o individual.
(Foto: Portada libro
Valdegovía y su entorno)
La siguiente mención, también se
la debemos a Vidal Fernández de Palomares, según nos los dejó escrito en la
revista Angosto de febrero de 1972, y la encontramos en el testamento de Martín
Sánchez de Guinea, hecho en Fontecha el 7 de marzo de 1461, en el que mandaba a
Santa María de Angosto la cantidad de 200 maravedíes para la su obra. Quizá se
estaría ampliando la construcción primitiva.
Es significativo que los
Cartularios de Valpuesta, Oña, San Millán, Bujedo, Valvanera silencia este
lugar sagrado, y que su primera noticia tenga lugar en la época denominada de
las “apariciones a los pastores”: Nuestra Señora del Espino (1399), Arrate (1442),
Aránzazu (1469).
¿Cuándo situar entonces la
aparición de la virgen de Angosto? Nos vamos a fiar de la datación que los
expertos hacen de la Iglesia o Capilla del Santuario.
(foto: Interior
iglesia Convento de Angosto)
La aparición habrá que situarla al menos cuando se hizo la primera iglesia. La capilla del Santuario, fue construida en honor a la Virgen que le da nombre, en la primera mitad del siglo XIV, a expensas del Señor de Varona. Se trata de una iglesia de estilo gótico de estructura sencilla.
En ella se puede ver un hermoso
retablo de seis paneles donde se cuenta la vida de la Virgen y en que por
segunda vez en Valdegovía podemos ver una escena del nacimiento de la virgen.
(foto: Retablo de la iglesia del Convento de Angosto)
La talla, gótica también, es del
siglo XIV y pertenece al grupo llamado "Andra Mari".
(Foto: Virgen de
Angosto retablo de la iglesia del convento)
Y con la imagen de la Virgen de
Angosto, patrona de Valdegovía, y también de Cuartango, Ribera Alta, Ribera
Baja, en Álava, y de los valles de Losa y Tobalina en Burgos, termino esta mi trabajo
sobre las primeras manifestaciones religiosas en el Valle esperando haya sido
de vuestro agrado.
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