Una balanza romana en la Ermita de Nª Sª del Olmo en Quintanilla de Valdegovía y su iglesia de San Julián y Santa Basilisa
Ermita llamada Nuestra Señora del Olmo
porque su imagen apareció en lo alto de un olmo.
Este hecho “milagroso” se
contempla también en otras localidades en la península, como Villaescusa
(Zamora), Fontioso (Burgos), Quintana del Pidio (Burgos), Palencia, Azagra (Navarra)
que en vez de ermita es basílica, Valdespina-Amusco (Palencia), Fuente El Olmo
de Fuentidueña (Segovia), Ceclavín (Cáceres), Tornos (Teruel) y también en
Alava en el pueblo de Estarrona.
Nuestra Señora del Olmo tiene una calle dedicada en
Vitoria-Gasteiz.
La ermita se presenta muy
homogénea, reconstruida probablemente en el s. XVIII, con tres tramos de nave,
cubiertos con bóvedas de crucería nervada sexpartidas, y un primer tramo en la
cabecera, más estrecho, utilizado como sacristía, y cubierto con una bóveda de
medio cañón.
En el lado sur se abre la portada con arco de
medio punto de buen dovelaje y una ventana cuadrangular, mientras que una
segunda puerta adintelada, ahora tapiada, se abría en el lado oeste.
La espadaña, remata el muro de la
cabecera, con un vano de medio punto que alberga la campana, está construida en
sillería y sillarejo.
La ermita presenta un aparejo
irregular de mampostería, con sillares en los esquinales y en los
contrafuertes.
En el Archivo Histórico
Provincial de Álava, protocolo 11798, años de 1778, folios 312 al 317, se
menciona la obra de cantería y carpintería. Los artífices de las condiciones,
traza, y ejecución, se deben a los maestros de cantería Manuel de Uriondo y
Bernardo de la Calle, vecinos respectivamente de Orduña y Tobillas. El precio
que se les pagó por la obra fue de 2500 reales de vellón. Tal obra, fue
iniciada por el maestro cantero Santiago Asenso, vecino de Oña, pero murió.
El retablo, fechado entre los
siglos XVII-XVIII, es un trabajo de madera dorada y policromada de pequeño tamaño.
"El retablo es
neoclásico, sobre todo en su policromía de jaspeado y dorado, de hacia 1800,
pero la estructura es todavía de recuerdo rococó anterior. La estupenda mesa de
altar con su frontal es neoclásica, ya entrado el siglo XIX. La Virgen es
gótica de hacia 1300 y los santos son aprovechados de algún retablo anterior; a
la izquierda san Pelayo, romanista de comienzos del XVII y a la derecha el
Salvador, seguramente de finales del mismo siglo. Arriba una tosca pintura de
la Asunción". (Información facilitada por Fernando Marco Tabar.)
Las pinturas que existen a lo largo del muro de la cabecera, llegan a una altura de 5,6 metros y están encuadradas por los nervios de la bóveda. El conjunto mural representa dos grandes cortinajes que penden de los ángulos superiores de los paramentos, a los flancos del retablo, a través de varios nudos amarrados por cuerdas, que forman varios lazos y revueltas y se rematan con borlas. La intervención en la pintura mural, realizada en fechas recientes, ha sacado a la luz la representación de dos ángeles sobre nubes sujetando otros cabos que estaban ocultos por un estrato de cal. La restauración fue llevada a cabo por la empresa Ártico en el año 2019.
La imagen de la Virgen, medieval,
del tipo Andra Mari, nos recuerda el lejano origen del culto mariano en este
lugar.
Y aquí viene el motivo de la
presencia de la balanza romana colgada del techo. La Virgen de Nuestra Señora
del Olmo es la Protectora de los niños, cuyo peso en especie era ofrecido para
el alumbrado de la santa imagen. El peso se realizaba en la balanza que se
conserva en el interior de la ermita y que ha servido de guía para este
artículo.
También se conserva el arca donde
se guardaban los donativos en especie, y también se conserva el arca de misericordia.
Junto a la balanza del pesaje de los niños se conserva también el “Arca de Misericordia”, un arcón con capacidad en este caso para 44 fanegas de trigo (1.904 kg), un mueble de madera que nos habla de la solidaridad de tiempos pasados entre vecinos.
Se trata de un arcón que nos recuerda una institución cuyo origen se remonta muchos siglos atrás y que surge como consecuencia de los altibajos en las cosechas, base de la alimentación de la población a lo largo de la Edad Media. Estos altibajos generarían una posterior crisis de subsistencia que provocó la creación de los Arcas de Misericordia, en su inicio para gestionar los donativos altruistas de particulares e instituciones, pero que enseguida se regularían mediante ordenanzas, siendo dictadas las primeras por el Obispo de Calahorra y Santo Domingo de la Calzada, D. Juan Vernal de Luco, el año 1554. Los curas párrocos de los pueblos donde había Arcas de Misericordia tenían que hacer todos los años una lista de las personas necesitadas, a las cuales el Arca de Misericordia debería socorrer, pero había una serie de condiciones y se repartía en unas medidas fijadas para que se pudiera ayudar al mayor número de personas. Esta ayuda no era un regalo, era más bien lo que ahora llamaríamos un crédito sin apenas intereses, porque haberlos, los había. Las personas beneficiarias de esta ayuda debían devolver al Arca lo que se les daba, más un celemín (11,5 kg) de trigo por cada fanega (43,25 kg) prestada, en principio estos intereses eran para cubrir las costas de administración del Arca, cuyo guarda y encargado no podía socorrer a nadie sin que dejase algo como fianza pues si no devolvía lo prestado se vendían las prendas fiadas en pública subasta para reponerlo al Arca.
Se conoce también el hecho de que esta Arca servía para la llamada “solidaridad de los bueyes”, que consistía en que se tasaba de antemano la pareja de bueyes que tenía cada vecino para poder realizar la labranza y si a alguno de ellos se le moría un Buey, como tenían que trabajar en pareja para las labores del campo, se le pagaba la parte necesaria para reponer la pérdida.
La causa de la desaparición del Arca de Misericordia como institución en el pueblo de Quintanilla fue el consumo del grano por parte de las tropas francesas y españolas en la guerra de la Independencia, al igual que pasó en otros muchos pueblos alaveses.
Hoy en día, en Quintanilla y en otros pueblos de Valdegovía, aún podemos ver estos arcones que ya no guardan grano ni grandes tesoros, pues los auténticos tesoros son ellos mismos al recordarnos las costumbres y hablarnos de nuestra historia y la de nuestro valle.
Está el hueco donde se guardaban
los libros valiosos para que no se quemaran en caso de incendio, aunque hoy en día
la puerta es de madera colocada en una antigua reparación, sustituyendo a la
primitiva de hierro.
El 17-08-1819 se otorga licencia
al de obra al abad y mayordomo secular de La Ermita Nuestra Señora del Olmo
para ejecutar el adoquinado de dicha ermita en la forma que lo tienen
proyectado.
Este artículo sobre la ermita he tenido la colaboración de Yolanda Sobrón Larrimbe, licenciada en bellas artes y responsable de la Oficina de Turismo de Valdegovía.
En cuanto a la Iglesia de San Julián y Santa Basilisa, cercana a la Ermita de Nuestra Señora del Olmo, es del s. XVI con cabecera recta cubierta por bóveda estrellada, ampliación de la iglesia románica.
Presenta un aparejo de mampostería irregular con sillares en los esquinales. A esta fase pertenece la portada abierta en el costado sur de la nave medieval con arco de medio punto, y la espadaña adosada al lado oeste en mampostería irregular.
De la iglesia románica, s. XIII, se conserva
la nave de dos tramos separados por un arco apuntado apeado en ménsulas y
cubiertos con bóvedas de cañón apuntadas.
En el costado sur se observa el aparejo de
mampostería irregular con unos canes lisos.
En los s. XVII-XVIII se adosan en
el lado norte el baptisterio y una capilla cubierta con una bóveda de crucería
nervada en mampostería irregular. Ésta presenta en su lado este una puerta
adintelada y una pequeña ventana.
La sacristía se adosa al lado norte de la
cabecera y a la capilla lateral. Se cubre con una bóveda de medio cañón.
En 1801 se construye una nueva torre que se
adosa a lo que queda de la antigua espadaña con aparejo de mampostería. El
campanario se termina en 1895.
El 3 de agosto de 1801, se da
razón de los dineros que ha dado Nuestra Señora del Olmo a la fábrica del lugar
de Quintanilla para la obra de la torre de dicha Iglesia que se ha construido.
También ese mismo día, se da
razón de los dineros que se ha prestado por Nuestra Señora del Rosario a la
fábrica del lugar de Quintanilla para la obra de la torre que se ha levantado
en dicha Iglesia.
Para la construcción de la torre
se empleó dinero de la Ermita de Nuestra Señora del Olmo, y el 29-1-1820
condona 1335 reales y da otros 1100 a la iglesia de Quintanilla para la
reparación de la torre.
Por fin el 20-08-1893 se concede
la licencia para termina la torre de la Iglesia.
El retablo de esta Iglesia lo debemos situar en la fase inicial del retablo clasicista, realizado por el escultor Juan de Angulo, hijo de Bartolomé de Angulo, quien trasladó su taller desde Valpuesta a Vitoria. Juan de Angulo a su regreso de Pamplona estableció también su taller en Vitoria, donde permaneció hasta su fallecimiento en 1642. Su adscripción al romanismo queda presente en este retablo.
El retablo se realizaría sobre
1609, cuando el escultor se encargaba de construir un retablo en Ribera de
Valderejo, hoy desgraciadamente desaparecido.
En una estructura clasicista con columnas de
fuste entorchado, frisos con roleos y remates con pirámides se disponen las
tallas romanistas de los titulares entre San Juan Bautista y San Matías y los
relieves de la oración del huerto y los Padres de la Iglesia (Ambrosio de
Milán, Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona y Gregorio Magno). En sus
tiempos fue policromado por Pedro Ruiz de Barrón entre 1626 y 1632, mostrando
una pintura del natural con papeles de todos los colores y minuciosos esgrafiados.
(Pedro Luis Echevarría Goiri)
En el exterior podemos contemplar una cruz templaria, y en la casa cercana, hoy casi en ruinas, se observa también dicho símbolo.
Al respecto, y sobre la casa templaria, Juan Vidal Abarca me comenta: Siempre me ha intrigado la cruz de la casa de Quintanilla - que es la de la Orden de Malta o San Juan de Jerusalén - pero no encuentro ninguna relación de dicha orden con Quintanilla. He revisado toda la documentación que hay de esa orden en el Archivo Histórico Nacional, y nada.
He revisado toda la información
que tengo de esta casa y en el XVIII era de la familia Orive, después pasó por
matrimonio a la familia Ramírez y finalmente a la familia Mardones, ya en el
siglo XX.
Otra posibilidad al respecto, es
que las cruces, aunque templarias, no tengan nada que ver con los templarios,
pero sí con la hospitalidad debida cuando el camino de Santiago pasaba por
Valdegovía antes de popularizarse el camino denominado francés.
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