CONOCIENDO VALDEGOVIA POR SUS MONTES 5: Desde Fontecha a PEÑA LA UÑA 812 ms por el lago de Caicedo Yuso y final en Salinas de Añana
Muchos montañeros consideran malograda una excursión si no han logrado hollar la cumbre que se marcaron como destino al iniciarla. No deberían sentirse frustrados, pues siempre hay cimas alternativas o, en su caso, desvíos a otros destinos que, dentro de la montaña elegida, tengan un contenido menos montañero. En cualquier ruta de acceso a la cúspide de un monte, el sitio en el que está el buzón o el hito que lo señala, se encuentran edificios, ruinas o yacimientos arqueológicos, paisajes, cuya visita ayuda a aprender historia. Me sorprende que no existan guías que combinen esos dos objetivos: El deportivo de la ascensión y el cultural que aporta el recorrido.
Aprovechando mi conocimiento de las sierras, montes y pueblos de Valdegovía, me he animado ofreceros esta charla sobre ese bello valle del occidente de Álava, combinando monte y cultura.
Lo interesante de este artículo es su enfoque, pues quiero recordar la historia que guardan los diferentes lugares por los que circulan nuestras ascensiones a través de las fotos que os presento.
Mi filosofía como montañero es disfrutar no sólo de la montaña y de sus cimas o cumbres, también de los elementos por los que pasamos.
Os voy a enseñar el espíritu del valle basándome en sus paisajes, en sus gentes y en su historia, su flora y su fauna. Así veremos cómo es esta tierra, tierra “durante siglos de idas y venidas, de afluencias e influencias, Valdegovia tierra abierta, terruño de los que se fueron y segunda patria de otros que llegaron” como Yo.
Hoy os voy a contar la ascensión a Peña La Uña, una modesta cumbre de 812 ms, partiendo del pueblo de Fontecha, y siguiendo la ruta señalizada como El Lagunillo, llegar al lago de Caicedo Yuso. Desde pie del lago, ascendemos a Peña la Uña, y a continuación visitaremos los restos arqueológicos del antiguo poblado de Lagos y la ermita de Nuestra Señora del Lago. Visitaremos el lago, y conoceremos sus leyendas, y desde allí terminaremos nuestra excursión deportivo cultura en Salinas de Añana.
Empezaremos nuestra excursión en el pueblo de Fontecha, que así se veía en 1937
Lugar de nacimiento del cantante José García Mardones (1868) que durante 12 años fue bajo titular del Metropolitan Opera House de New York y considerado el mejor bajo del mundo en su época
y dentro del pueblo, una piedra
en una fachada, tallada con una inscripción fascista, que
recuerda la estancia de las tropas de Mussolini durante la Guerra Civil
española en la localidad.
Torre del Condestable. El nombre de Torre del Condestable,
se atribuye a que la torre pasó de los Solórzano, primeros señores de la torre,
a los Velasco por matrimonio, y éstos eran Condestables de Castilla.
La función del edificio debió ser, casi con toda seguridad,
militar, dada la escasez de vanos y la abundancia de elementos defensivos, como
son los garitones, cadalsos y saeteras y fue construida en el siglo XIV o
durante el siglo XV.
Y presidiendo el pueblo la Iglesia de San Nicolás,
hoy abandonada y destinada a ruinas, y en sus alrededores, tapias y restos de
edificaciones que nos hablan de cuando el pueblo estaba allí situado, y hubo
que abandonarlo tras quemar todas las casas por una epidemia de peste en el siglo
XVI.
La Torre Palacio de los Orgaz fue construida por la Casa de
Mendoza, una de las más poderosas de Álava, para controlar la principal vía de
comunicación de la Sal de Añana. Hacia el sur controlaba el camino hacia
Castilla y hacia el norte la ruta hacia los puertos marítimos del Cantábrico.
La Torre fue construida a finales del siglo XIV o primeros
del XV, en piedra arenisca de sillería bien labrada y son únicas en las torres alavesas las saeteras
de 1’25 m de altura aproximadamente rematadas en arcos lobulados.
El Palacio es de finales
del siglo XV o principios del siglo XVI. Se sitúa al oeste de la Torre, donde
tiene su acceso principal.
La entrada principal al palacio está rematada por un arco
conopial y sobre el arco van dos escudos, el de la derecha ostenta las armas de
los Hurtado de Mendoza y el de la izquierda el de los Guzmán y los Toledo.
A continuación, veremos la Fuente romana, que da origen al nombre del pueblo: Fuente techada, pues en su origen y hasta hace no muchos años la fuente tenía techo.
Encima podemos ver un “cocodrilo”,
primera de las esculturas que podemos ver del escultor Adrian Van,
establecido en Fontecha,
quizá emulando o recordando al gran escultor nacido en Fontecha Joaquin Lucarini. Destaco sus esculturas en Vitoria, Templaza y Fortaleza; en Bilbao El Tigre, y en Burgos, esculturas cidianas en el puente.
Y ya en las afuera del pueblo, tomamos el sendero GR1, que
vamos a seguir hasta llegar al Lagunillo, y que así aparece en los carteles.
Antes de visitar el lago, iremos a Peña la Uña.
A pesar de su escasa altitud es la máxima altura de la zona y posee unas
excelentes vistas de la llanura de la Ribera Baja y de Miranda de Ebro y los
montes que la delimitan.
Después iremos a visitar la Ermita de Nuestra Señora del Lago
y los restos arqueológicos del antiguo poblado de Lagos,
que aparece en el documento llamado de la Reja de San Millán, en el año 1025, y
que en la primera mitad del siglo XV figura como concejo, y sin embargo para
mediados del siglo XVI aparece como despoblado, desconociéndose las causas. He encontrado el documento de donación realizado por Juan Furtado de Mendoza, Prestamero Mayor de Vizcaya, en favor del Concejo y y vecinos de lugar de Caicedo de Yuso del (-) de Lagos, sus montes, terrenos y demás, el día 22 de abril de 1472. Se
sigue celebrando la romería a la ermita el sábado siguiente a la festividad del
Corpus.
Y una vez regresado al lago, empezaremos a recorrer su
orilla, ya camino de Salinas de Añana. Lagunillo se refiere al lago de
Caicedo Yuso. Este lago recibe el agua del mismo manantial que surte a
Salinas de Añana, pero, al contrario que la fuente de Santa Engracia, su agua
no está salada, pues no atraviesa el sedimento salino, sino que se encuentra
sobre una capa de arcilla impermeable que lo aísla de la sal sobre la que se
asienta.
El lago está en proceso de recuperación por una iniciativa de
la Diputación Foral de Álava, ya que el lago se estaba desecando por la acción
abusiva de su uso para el riego agrícola.
Leyenda del nacimiento del lago. Cuenta la leyenda que en el sitio
que hoy ocupa el lago existía una venta cuyos propietarios se habían
enriquecido en pocos años. Un día llegó a la puerta de la venta una mendiga que
llevaba un niño de corta edad en los brazos. Era una mujer joven de rostro muy
bello, aunque demacrado por la fatiga y el hambre. Se detuvo ante la puerta y
pidió que le hicieran la caridad de proporcionarle algún alimento. Los criados
fueron a decírselo a los dueños que se disponían a comer en aquel momento. El
dueño ordenó que pusieran una pequeña cantidad de masa en el horno para cocer
un pan. Pero cuando sacaron el pan del horno, la pequeña cantidad de masa había
aumentado sin que se supiera cómo y el pan era muy grande. El avaro dueño juzgó
que era excesiva la limosna y ordenó que de nuevo se pusiera a cocer una
cantidad de masa inferior a la de la primera vez, pero ocurrió lo mismo. Por
tercera vez lo repitieron y el pan todavía salió mucho mayor. Entonces irritado
gritó: ¡Que echen a esa mendiga de la puerta! Una criada fue a cumplir la orden
del amo, pero como era de sentimientos caritativos tomó un trozo de pan de su
propia comida y se lo dio a la pobre mujer. Ésta le dijo a la criada que la
siguiera, pues una gran desgracia iba a caer inmediatamente sobre la casa. La
criada obedeció y echó a andar detrás de la mujer con el niño en brazos.
Conforme iban andando la mendiga se iba transfigurando, sus ropas harapientas
se iban transformando en hábitos hermosísimos y su rostro se iluminó de un
resplandor celestial. La criada comprendió que era la Virgen que se le había
aparecido y en el momento que iba a arrodillarse oyó un ruido terrible. Volvió
la cabeza y vio que la venta había desaparecido y que en el sitio que ocupaba
había un lago. La Virgen también desapareció y la criada supo que todo lo que
había sucedido era un castigo por la falta de caridad del dueño. Fue al pueblo
cercano y contó lo ocurrido y después se erigió la ermita a la Virgen con el
nombre de Nuestra Señora del Lago.
Hoy en internet encontramos leyenda en su versión masculina.
Una creencia de la comarca es que «si el lago
tiene las aguas claras, es señal de que el tiempo va a ser bueno; pero si el
lago está muy oscuro es que va a venir alguna borrasca.
Otra leyenda. Los mayores aseguran que existe un remolino en este lago
donde las aguas son más oscuras. Una leyenda explica el origen del remolino. En
una ocasión marchaba un agricultor con su pareja de bueyes y su carro. por el
camino del monte que está en la ladera sobre el lago. Un mal paso, o el
desprendimiento del terreno, hicieron que cayeran los bueyes y el carro al
agua, formando un remolino en la inmersión. A partir de entonces no se volvió a
saber nada de los bueyes y quedó para siempre aquel remolino en el agua del
lago. La gente del entorno siempre ha temido introducirse en esta zona del
lago, por miedo a ser absorbido por el agua La creencia asegura que el osado
que lo intente quedará oculto bajo el manto del agua para toda la eternidad.
En la parte alta del lago, lo abandonamos por la senda señalizada hacia Salinas de Añana, población a la que nos acercaremos desde lo alto del Valle Salado, con unas magníficas vistas del mismo.
De la época romana son las Salinas de Añana,
que, aunque siglos atrás se explotaban, los romanos nos enseñaron a explotarlas
como en la actualidad. Los romanos nos enseñaron economía. Actualmente el Valle
Salado, como así publicitariamente se le denomina, está siendo restaurado y es
un gran centro turístico de Valdegovía y su comarca.
El Valle Salado es un paisaje cultural, un lugar único, en el
que a lo largo de la historia se ha desarrollado una actividad salinera de
forma artesanal, que ha ido conformando el actual entramado de plataformas de
producción de sal –comúnmente denominadas “eras”- a partir de la evaporación
natural de la muera o agua salada. El número de plataformas es superior a cinco
mil y se adaptan a la orografía recorriendo el cauce del río Muera, que nace en
el extremo del valle junto al manantial principal de salmuera.
Nuestra ruta termina en la iglesia de Santa María de
Villacones. Parece que existió en este terreno una ermita y que el templo
actual asumió sus funciones cuando se destruyó el de San Cristóbal. El edificio
es obra de diversas épocas. A pesar de la sencillez de sus formas resulta una
construcción destacada.
Se conservan algunos soportes que corresponden al siglo XIII
que debieron formar parte de un templo medieval que se reconstruyó en el XV,
tras su finalización un siglo después se configuró un edificio con planta de
cruz latina flanqueada por capillas laterales. Las distintas épocas de
construcción se advierten claramente en sus bóvedas.
En 1662 fue ordenada la construcción de la torre y sus obras
comenzaron en los años 1700 y 1701
Y de ahí subiremos al alto del pueblo para contemplar ruinas
de la antigua iglesia fortaleza de San Cristóbal, desmantelada tras la guerra
de la Independencia, donde se acuartelaron las tropas francesas, y Francisco
Longa la destruyó.
En el camino, por el casco antiguo de Salinas de Añana, pasaremos por el Palacio de los Ozpinas, hoy bar restaurante y por la Casa Palacio de los Herrán. Se trata de un palacio del siglo XVII cuya traza destaca por su calidad compositiva en su entorno inmediato. Se comenzó a construir en 1695 por iniciativa de D. Pedro de Zambrana.
Y terminamos nuestra excursión en Rollo o picota que constituía el emblema de jurisdicción, de ahí que
en el fuste lleve el escudo de los Sarmiento, linaje éste que poseyó la villa
de Salinas. Rematando el fuste se encuentra una cruz trebolada de hierro,
elemento añadido una vez perdida su función primitiva y transformada en hito
cristiano o crucero.
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