CONOCIENDO VALDEGOVIA POR SUS MONTES 4: ASCENCION A EL RASO 1051 MS DESDE VILLANUEVA HASTA VALPUESTA
Muchos montañeros consideran malograda una excursión si no han logrado hollar la cumbre que se marcaron como destino al iniciarla. No deberían sentirse frustrados, pues siempre hay cimas alternativas o, en su caso, desvíos a otros destinos que, dentro de la montaña elegida, tengan un contenido menos montañero. En cualquier ruta de acceso a la cúspide de un monte, el sitio en el que está el buzón o el hito que lo señala, se encuentran edificios, ruinas o yacimientos arqueológicos, paisajes, cuya visita ayuda a aprender historia. Me sorprende que no existan guías que combinen esos dos objetivos: El deportivo de la ascensión y el cultural que aporta el recorrido.
Aprovechando mi conocimiento de las sierras, montes y pueblos de Valdegovía, me he animado ofreceros esta charla sobre ese bello valle del occidente de Álava, combinando monte y cultura.
Lo interesante de este artículo es su enfoque, pues quiero recordar la historia que guardan los diferentes lugares por los que circulan nuestras ascensiones a través de las fotos que os presento.
Mi filosofía como montañero es disfrutar no sólo de la montaña y de sus cimas o cumbres, también de los elementos por los que pasamos.
Os voy a enseñar el espíritu del valle basándome en sus paisajes, en sus gentes y en su historia, su flora y su fauna. Así veremos cómo es esta tierra, tierra “durante siglos de idas y venidas, de afluencias e influencias, Valdegovia tierra abierta, terruño de los que se fueron y segunda patria de otros que llegaron” como Yo.
Hoy os voy a contar la ascensión a El Raso, 1051 ms, desde Villanueva de Valdegovia y terminando en Valpuesta.
Salimos desde Villanueva de Valdegovía que así lucía en 1910
Antes de iniciar nuestro recorrido, podemos visitar la Iglesia de San Julián y Santa Basilisa.
Aunque es del siglo XIX, en la sacristía se encuentra un monumental sagrario de piedra anterior al Concilio de Trento (1545-1563), que responde al estilo del romano, antes designado plateresco, por su profusa decoración. Entre dos columnas clásicas se sitúa la puerta del sagrario con un Ecce Homo acompañado por una completa representación de las “armae Christi” o armas de la pasión.
Retablo mayor actual: Es un pequeño conjunto de casillero que alberga las tallas de la Piedad y el Calvario, siete tablas manieristas datadas hacia 1545-1550 y las imágenes dieciochescas de los titulares.
Realmente es un retablo funerario que la familia Zambrana tuvo en su capilla en la desaparecida Iglesia de San Cristóbal en Salinas de Añana. Se puede destacar la tabla de San Lucas y San Juan, donde el primero aparece pintando a la Virgen en una tabla sobre el caballete, mostrando en su paleta los colores más usados por el artista. La tabla de San Gregorio presenta un gran interés iconográfico y devocional, pues reproduce el misterio de la Transustanciación y por ello este tema está considerado desde finales del Siglo XV una fuente muy solicitada de indulgencias.
La transubstanciación es que en «la consagración del pan y del vino se opera el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre». La puesta en escena se produce en una iglesia de comienzos del siglo XVI con el oficiante entre los acólitos ante un altar con Cristo resucitado saliendo del sepulcro. Asisten a ambos lados dos cardenales y el matrimonio de donantes a quien acompaña su patrón San Juan Bautista. Se atribuye su realización al pintor Andrés de Oliva, vecino de Santa Gadea del Cid, y activo en el segundo tercio del siglo XVI. (Pedro Luis Echevarría Goiri)
E iniciando nuestro caminar, pasaremos por la Casa
Palacio de los Angulos, influyentes notarios y registradores, con
hermosa portada renacentista del siglo XVI, adornada de precioso escudo de
armas, y que fue transformada en su estado actual desde la torre defensiva que
albergó el edificio.
Y a continuación una casa en los que se ha reutilizado unas
piedras talladas con inscripciones visigóticas y que están en
estudio por los expertos.
Luego seguimos el cartel señalizado de El Raso, por el que llegaremos a la Necropolis de San Martín de Valparaíso. En la entrada de este pequeño valle, encontramos al Oeste una pared rocosa de unos 20m de altura donde se cobija en su base este yacimiento, con zonas bien diferenciadas como son el lugar de vivienda y las necrópolis.
Está atravesado por un pequeño río que abastecería de agua a los pobladores del lugar, además de tener buen terreno para huertos y pasto de los animales. Al principio del acantilado nos encontramos una serie de más 50 mechinales, más o menos en línea recta que servían para encajar las vigas del tejado que cubriría los habitáculos. Es suponible que a pesar de ser un largo tramo no sería una sola vivienda, sino que se dividiría en diferentes compartimentos.
Siguiendo a esta zona encontramos una loma con algunos
árboles, donde está situado el primer grupo de sepulturas, y a unos 30m más
alejado el segundo grupo que conforma esta necrópolis toda junto a la pared
rocosa.
Grupo I:
Lo forman un total de 19 sepulturas, distribuidas por esa
zona.
Grupo II:
Constituye la zona peor conservada de todo el yacimiento
debido a la erosión natural y la destrucción producida por la acción humana.
Este sector está compuesto por 12 tumbas, que se encuentran
en diferente estado de conservación y que, en todos los casos, siguen la
dirección del perfil rocoso.
Las sepulturas aparecen prácticamente amontonadas en un mismo
sector como si no hubiera existido otro espacio apropiado para la excavación de
las mismas.
Todas las sepulturas están excavadas en la roca y son del
tipo de extremos redondeados (ovaladas) o rectangulares, alguna con la zona de
los pies más estrecha, también observamos un rebaje más elevado en algunas
sepulturas en la parte de la cabeza a modo de almohada.
En cuanto a la iglesia, que seguro la tenía, no hay indicios
de donde estaba situada, barajando la posibilidad de que estuviera entre los
dos grupos de sepulturas.
Después de la visita, seguimos nuestro caminar por amplio
camino y sin ninguna pérdida hasta El Raso, aunque eso sí, con
algo de esfuerzo.
En la cima del Raso, nos juntamos todos los días 3 de agosto
la gente montañera de Valdegovía, para recordar el nacimiento de la Agrupación
Deportiva Cultural Gorosti-Acebo.
Y descendemos hasta Valpuesta por un estrecho,
pero buen sendero señalizado.
El Obispo Juan refundó este pueblo alrededor de una iglesia
en el año 804, y que fue Obispado hasta el año 1.087 en que se trasladó el
Obispado a Burgos capital.
Es el segundo obispado de la era y zona cristiana después de
la conversión musulmana de la mayor parte de la Península.
Tamaño del Obispado y cómo era la península ibérica en
aquella época.
Destacan, en su interior, las vidrieras de la Iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción en Valpuesta, donde se refleja claramente la idea
de aquella época que “Dios es luz” y a través de la luz vemos sus obras.
La luz atraviesa los ventanales y se transfigura
descubriéndonos unas secuencias teológicas narrando historias de la fe
cristiana.
Podemos contemplar escenas tales como Adoración de los Reyes
Magos, la Crucifixión, podemos ver ángeles, apóstoles, leones, ciudades,
paisajes increíbles, hasta símbolos esotéricos bien escondidos.
Era el cine y la fotografía de aquella época.
Es una pena que por colocar y aprovechar un calvario y otras
dos esculturas que estaban en la Iglesia se han colocado encima del retablo e
impiden una buena visión de las vidrieras.
La importancia de este lugar: Aquí es donde
verdaderamente nace el castellano.
Los Cartularios de Santa María de Valpuesta nos ofrecen un
conjunto de rasgos lingüísticos de la época de orígenes del castellano (siglos
IX al XIII) que nos sirven para delinear cómo empieza a conformarse esta lengua
romance en este nuestro valle de Valdegobía, hoy a caballo entre las
jurisdicciones burgalesa y alavesa. Los datos más antiguos están vinculados a
la época en que este centro monástico gozaba de una indudable importancia
histórico-política, cuando todavía no se habían creado otros más al sur, como
Cardeña, que tomarán su relevo.
En noviembre de 2010, la Real Academia Española avaló los
cartularios, escritos en «una lengua latina asaltada por una lengua viva», como
los primeros documentos en los que aparecen palabras escritas en castellano,
anteriores a las Glosas Emilianenses.
En cuanto a la frase del cartulario de Valpuesta,
año 939: Potro castanio et pielle, se podría traducir como: Potro de piel
castaño, o bien un potro castaño y pieles (y una piel).
El zócalo. Se recoge en estos relieves una serie de escenas que
presentan momentos de la vida de la Virgen María, desde su nacimiento, inédito
o casi en representaciones de la Virgen: el encuentro y abrazo de San Joaquín y Santa
Ana en la Puerta Dorada, la presentación de María en el templo, o la huida a Egipto.
En la capellanía de la Santísima Trinidad aparece éste reflejada en tres personas humanas como podéis ver en la diapositiva.
Resulta original ver así
representada la Trinidad, pues el Concilio de Trento, 1545-1563, abolió esta
forma de representación en tres personas, y desde entonces se representa a Dios
con un ojo que todo lo ve, al Espíritu Santo en forma de paloma, y a Jesucristo
en su forma humana. Y en ésta y otras capillas aparece un huevo. ¿Cómo explicar
a las gentes de entonces que la Santísima Trinidad eran tres personas distintas
en una sola naturaleza? El huevo simboliza esa Trinidad: el huevo está
compuesto por tres partes, cáscara, clara y yema. Las tres juntas constituyen
el huevo, por separado cada parte tiene su propia estructura.
Casa de los Canónigos
Casona del siglo XIV, residencia de los canónigos de
Valpuesta, y ahora felizmente restaurada y rehabilitada como restaurante. Os pongo la foto antes de la restauración para que podáis comparar con su estado actual cuando vayáis a Valpuesta.
Casa Torre de Valpuesta
Antigua sede del condestable Velasco. La torre data del siglo
XV
Tiene aspilleras y ventanas apuntadas. Sobre las almenas hay
un tejado a cuatro aguas. Tiene un recinto amurallado, de planta rectangular y
con una puerta de acceso apuntada con un escudo sobre ella. Tanto la torre como
la muralla están realizadas en piedra sillar.
Casa del Inquisidor Zaldívar
El visitante se fijará en los escudos que poseen la casa del
inquisidor Zaldívar, construcción que tal y como podemos apreciar data del año
1.590. El primer escudo, familiar. El segundo un aviso a navegantes: “vive bien
que has de morir”.
Normalmente, quien visita Valpuesta lee y sonríe. Eso se debe, a que no se percata de que el inquisidor quería decir realmente: Vive de acuerdo a las normas que yo marco (vive bien), o te corto el cuello (que has de morir).
Y así terminamos nuestra ascensión y recorrido deportivo cultural de hoy.
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