CONOCIENDO VALDEGOVIA POR SUS MONTES (Y 6): Ascensión a Peña Los Castros 1042 ms y Peña Bachicabo 1199 ms desde Espejo por Berbeia y descenso a Bachicabo pueblo
Muchos montañeros consideran malograda una excursión si no han logrado hollar la cumbre que se marcaron como destino al iniciarla. No deberían sentirse frustrados, pues siempre hay cimas alternativas o, en su caso, desvíos a otros destinos que, dentro de la montaña elegida, tengan un contenido menos montañero. En cualquier ruta de acceso a la cúspide de un monte, el sitio en el que está el buzón o el hito que lo señala, se encuentran edificios, ruinas o yacimientos arqueológicos, paisajes, cuya visita ayuda a aprender historia. Me sorprende que no existan guías que combinen esos dos objetivos: El deportivo de la ascensión y el cultural que aporta el recorrido.
Aprovechando mi conocimiento de las sierras, montes y pueblos de Valdegovía, me he animado ofreceros esta charla sobre ese bello valle del occidente de Álava, combinando monte y cultura.
Lo interesante de este artículo es su enfoque, pues quiero recordar la historia que guardan los diferentes lugares por los que circulan nuestras ascensiones a través de las fotos que os presento.
Mi filosofía como montañero es disfrutar no sólo de la montaña y de sus cimas o cumbres, también de los elementos por los que pasamos.
Os voy a enseñar el espíritu del valle basándome en sus paisajes, en sus gentes y en su historia, su flora y su fauna. Así veremos cómo es esta tierra, tierra “durante siglos de idas y venidas, de afluencias e influencias, Valdegovia tierra abierta, terruño de los que se fueron y segunda patria de otros que llegaron” como Yo.
Hoy os llevo a ascender dos cumbres desde el pueblo de Espejo: Peña Los Castros y Peña Bachicabo. en Espejo, visitaremos su iglesia, una casona hidalga, casa palacio de los Salazar y la torre de los Luyando y Hurtado de Mendoza. En el camino pararemos en Berbeia, castro de la edad del hierro y castro romano y subiremos a la Peña El Castillo donde su ubicó el Castillo de Berbeia. Luego llegaremos al collado de La Hoz, y ascenderemos a la Peña los Castros donde se ubicó el Castillo de Lantarón y a continuación subiremos a la emblemática cumbre de Peña Bachicabo, para luego un vertiginoso descenso desde el portillo de La Hoz hasta el pueblo de Bachicabo, donde será obligatoria la visita a su iglesia de San Martín donde contemplaremos sus dos retablos.
Con este recorrido deportivo cultural termino mi serie sobre Conociendo Valdegovía por sus montes.
Partimos del pueblo de Espejo que así se veía en 1910.
Visitamos en primer lugar la Iglesia del pueblo. Y en el más puro estilo barroco alavés nos encontramos con la Iglesia de El Salvador en Espejo, construida en planta circular.
Se trata de una iglesia cuya fisonomía actual es el resultado de la construcción que se hace a un templo ya existente. Del originario nos queda la cabecera, recta, además de una cornisa baquetonada. En el lateral sur existe una puerta rebajada que ahora se encuentra cegada. Del momento de la reconstrucción es la nave, de planta circular, adosada a la cabecera, además de las ventanas adinteladas. También en este momento se le añaden unos contrafuertes de sillería. Respecto al patrimonio mueble cuenta con una pila gallonada.
Una piedra en su fachada nos indica su fecha de construcción 1553: La piedra está reutilizada con posterioridad, seguramente en la reforma de 1749 cuando estaba en ruinas y fue colocada para utilizarla en el lugar que ahora se encuentra. Se puede apreciar en latín: ETATIS EROSV y debajo los números 53. El original fue AETATIS ERO SUM y traducido SOY DE 1553 ya que no es hasta este siglo cuando se empezó a utilizar este tipo de grafía.En su interior, el retablo mayor es de estilo
churrigueresco, de estructura en cascarón, y columnas salomónicas. Es obra del gran artista Diego de Suano y en el mismo destacan los cuadros de San Pedro y San Pablo pintados por el pintor bilbaino de origen flamenco
Y en su exterior unos misteriosos epígrafes y un "victor" cristiano
A mediados de siglo, uno de los
Salazares construye la casa Palacio, y coloca el escudo en su fachada y un magnífico
reloj de sol.
En 1.699 uno de los Salazares,
Josef de Salazar y Montoia emparenta por matrimonio con los Varona de
Villanañe, casa con Josefa Varona y Urbina y la casa Palacio de los Salazar se
eleva un piso más y se retoca el escudo nobiliario añadiéndole la cabeza de los
Varonas.
Y también en Espejo encontramos la Casa Torre de los Luyando y Hurtado de Mendoza
Al
fallecimiento del último Lope Muñoz Varona, ya que aparte del fundador Gonzalo,
el resto su nombre fue Lope, sin heredero varón, reparte la herencia entre sus
dos hijas. A la pequeña le corresponde la Casa Torre y casas auxilares y los
terrenos donde está ubicada la actual Casa en forma de torre de los Luyando y
Hurtado de Mendoza.
Esta
hija quien vivía en Valdivieso (Burgos) casada con el Señor de Valdivieso, Ruiz
de Temiño, vende todo lo anterior en 1.549 a Ochoa de Luyando, secretario de
Indias del Emperador Carlos.
El interés
de Ochoa de Luyando en Espejo es instalar un mesón para el que le habían
concedido licencia. Es decir, llega a Espejo por cuestiones
financiero-económicas. Viene a hacer negocio. Y digo viene, porque tengo mis
dudas de que estaría alguna vez en Espejo, ya que por su cargo siempre estaba
fuera, y quien venía era un administrador suyo. Sucede que en esos momentos
también se concierta su matrimonio por poderes con Casilda Hurtado de Mendoza,
de Salinas de Añana, y hermana del señor de la torre de Leciñana del Camino y
de la de Fontecha, y por dicho motivo decide construir una casa en Espejo para
honrar a su esposa y hace la casa en forma de torre, pues el matrimonio le
suponía nobleza (Clan de los Mendoza) y para aparentar ser noble también desde
antiguo. Desde aquel matrimonio todos los hijos llevarían de primer apellido la
unión del apellido Luyando por parte del padre con el Hurtado de Mendoza por
parte de madre, y así podemos verlos como primer apellido Luyando y Hurtado de
Mendoza. Insistir que esa torre nunca ha sido defensiva. Su entrada está en
lateral respecto al camino, sus troneras no defienden el camino por donde
llegarían los enemigos, sino también apuntan en paralelo al río.
Una vez pasado el puente sobre el
Río Omecillo, carretera del pueblo de Barrio, y en concreto desde el conocido
Restaurante la Kabaña, iniciamos nuestro recorrido.
Nada más pasar la última casa
dejamos la carretera de Barrio y cogemos el camino agrícola que nace a nuestra
izquierda por el que nos vamos alejando de Espejo. Señalizado como ruta del pastoreo Espejo-Vaillanueva de Valdegovia. Nuestro primer desvío debe realizarse en el
primer cruce que encontramos, con motivo además de que por ese mismo punto
atraviesa el arroyo Regatillo. Giramos a nuestra derecha también por otro
amplio camino, que bordea una gran y ordenada chopera, en la que con un poco de
suerte y sigilo podremos observar corzos huyendo de nuestra presencia.
Finalizada la chopera nuestro
camino sigue bordeando una amplia pieza de labranza y justo cuando nuestro
camino realiza un giro de 90º a la derecha, observamos que a nuestra izquierda
y entre dos hileras de pinos, aparece una senda entre ellos. Camino antiguo del
pueblo de Espejo hacia el Alto El Llano y que fue recuperado en el año
2009 para su uso como tramo de circuito de BTT y en la actualidad parte de la Senda del Pastoreo como indica el cartel.
Esta senda además está señalizada
en ambas hileras de pinos con una pintura naranja a la altura de nuestros ojos
que hará imposible nuestro desvío inconsciente de la senda, que tras una ligera
ascensión nos sitúa en el camino del Alto El Llano, hoy pista asfaltada,
girando en el mismo a nuestra derecha, hasta conducirnos hacia una gran encina
que preside el comienzo de este camino del Alto El Llano desde la carretera que
une Espejo con el pueblo de Barrio, pero sin llegar a ella. Abandonamos la ruta de la senda del pastoreo.
Justo cuando a nuestra izquierda
los pinos terminan y empieza una finca agrícola, subimos por el ribazo y
observamos una pequeña senda que se adentra por entre los pinos. Caminaremos
por ella, abierta entre maleza, y al poco pasaremos una alambrada que nos corta
la senda, y seguimos la misma, que en continua ascensión y entre pinos nos irá
adentrando en el bosque, hasta llegar a un cruce con otro camino. Estamos en
Kukón, como así se llama a la fuente que allí nace, a nuestra derecha y
paralela al camino que acabamos de encontrar y fácil de encontrar ya que
enseguida descubrimos el abrevadero que en primer lugar recibe sus aguas.
Continuaremos rectos nuestra
senda por una nueva senda estrecha que se abre a nuestro frente una vez cruzado
el camino que acabamos de encontrar.
Al poco, la senda se bifurca a la derecha en camino ancho, que debemos obviar, y continuar rectos en continua ascensión por la estrecha senda que llevamos, (esta senda hay que imaginársela pues un desbroce de pinos y matos la ha tapado, pero no es difícil seguirla) siempre entre pinos hasta una pequeña campa o explanada donde se acaba, girando entonces a la derecha y viendo ya nuestro encuentro con camino forestal ancho.
Tomamos el camino en dirección izquierda.
El camino desciende y no nos debe confundir, nos concede un respiro
para la subida final que la realizaremos una vez nos topemos con una alambrada
que nos cierra el camino. Hemos encontrado al antiguo camino que desde
Batxikabo iba a Barrio. Un brusco giro a la derecha y en continua ascensión
llegaremos a lo que fue Berbeia.
Hoy tendremos cuidado para encontrarla. Tras un giro a la izquierda del camino, veremos una campa ascendente con mucha vegetación en ella. Al fondo a la izquierda de la campa, veremos entre los pinos unas rocas y nos dirigiremos hacia ellas. En la trayectoria debemos encontrar 3 rectángulos excavados en el suelo, hoy totalmente cubiertos de hierba, y que corresponden a las edificaciones del antiguo castro romano esxcavado de Berbeia, y que hoy la naturaleza vuelve a recuperar para sí.
Desvío a Castillo de Berbeia
Es una pena para mejor
orientarnos que haya desaparecido una gran cruz de madera que hasta hace pocos
años ha presidido la antecima del
castillo.
Las vistas son espléndidas y hacen justicia a nuestros antepasados que decidieron ubicar ahí un castillo roqueño. De un golpe de vista divisamos Espejo, Tuesta y Salinas al fondo, Villamaderme y Bellojín, y Villanañe con Angosto y Conjunto de los Varonas. De otro vistazo, contemplamos Fresneda y la Virgen de Orduña al fondo si hay buena visibilidad, y Villanueva y Gurendes detrás de la mole del Cárabo que tenemos delante.
Volviendo la vista para atrás, las cimas de Batxikabo, Castro Mayuela y Mota presiden el pueblo de Barrio que vemos en el fondo del valle.
Volvemos a los castros y nos dirigimos al camino que habíamos traído hasta aquí. Continuamos por el mismo hasta a una encrucijada de caminos, a nuestra derecha aparece el camino que sube directamente desde el pueblo de Barrio. En ese punto podemos optar por:
b) Seguir nuestro camino, y una vez realizado un nuevo giro a la derecha, veremos otra senda a la izquierda, ésta más amplia, y también señalizada por otro cahir , que de forma más suave que la anterior, también nos deja en la misma pista forestal, pero un poco más lejos del Portillo de la Hoz, a donde finalmente llegaremos también.
c) También podemos continuar toda la pista y en su primer cruce natural a la izquierda, también nos llevará al citado Portillo de la Hoz, pero no lo recomendamos por el tiempo a emplear.
Una vez en el Portillo de la Hoz,
hermosa campa donde poder descansar de nuestra fuerte ascensión, a la izquierda un camino por el que seguiremos unos metros hasta alcanzar un cair que nos va a desviar hacia arriba entre bojes y algún pino hasta lo alto de la Peña de los Castros 1042 ms. Esta cima también fue conocida por Peña Ana y así viene en algún artículo montañero, pero su nombre fue debido al delirio amoroso de un montañero que quiso dedicar esta cima a su novia. En esta cima estuvo situado el Castillo de Lantarón, descubrimiento realizado por el arqueólogo Antzoka Martínez Velasco, y documentado por quien esto escribe y el etnógrafo Anttón Arrieta Valderde, y con posterioridad excavado por el profesor arqueólogo José Antonio Quirós.
Vista de la Peña los Castros, desde la subida a Peña Bachicabo.
Descenderemos nuevamente hasta el portillo de La Hoz, y en frente veremos una estrecha senda que parte entre los pinos, que debemos tomar y de forma ascendente y al principio siempre entre pinos y al final entre bojes, nos conducirá a la cima del monte Bachicabo (1.199mts) .
La senda está continuamente señalizada con pintura roja en su suelo que nos hará imposible el desvío por otros lugares. Una vez en la cruz, instalada por Espejo Mendi Taldea el 28-8-1988, y si el tiempo nos lo permite tendremos unas inmejorables vistas tanto del valle de Tobalina como de Valdegobía, así como Montes Obarenes y Sierra de Arcena. Es muy típica la subida a Peña Bachicabo todos los días 28 de Agosto para celebrar o recordar la colocación de la cruz de hierro que la preside.
El
retablo que preside la iglesia de San Martín de Batxikabo fue erigido entre
1677 y 1680, y se realizó para albergar tallas y lienzos donados por Sebastián
Hurtado de Corcuera a esa Iglesia. Dispuesto en casillero, dos cuerpos y ático,
separados por columnas con el fuste recorrido por tallos y hojas de vid en
espiral. Una columna salomónica aparece en un pequeño lateral. El retablo es
obra de Martín de Arana.
De los
seis lienzos del retablo destacan los de filiación flamenca, que son el lienzo
de San Martín partiendo la capa y el Descendimiento vinculados a Van Dyck y Rubens,
y fueron traídos por D. Sebastián
Hurtado de Corcuera, Caballero de la Orden de Alcántara, quien participó en la
guerra de Flandes, y posteriormente fue Gobernador de Panamá, Gobernador y Capitán
General de Filipinas, Corregidor de Córdoba, y finalmente, Capitán General y presidente
de la Real Audiencia de Canarias desde Diciembre de 1.659 hasta su
fallecimiento.
Sebastián Hurtado de Corcuera aparece retratado en el cuadro de Velázquez llamado "Rendición de Breda" o también popularmente "Cuadro de las lanzas". Lo he señalado con un círculo rojo y aparece justo detrás del jefe de las tropas hispánicas Ambrosio Spínola Doria
Quiso
ser enterrado en la Iglesia de su localidad natal, Bergüenda, próxima a ésta de
Bachicabo, pero por hechos desconocidos, le fue negado tal menester que
solicitó (quizá por culpa de su hermano de Pedro, quien fue Inquisidor General en
1.620, y no ser bien visto).
Ante la
negativa dejó testado que a su fallecimiento se erigiera un retablo en su
memoria en la Iglesia de San Martín en la vecina localidad de Bachicabo, legando
para ello seis cuadros, entre ellos los cuadros traídos de Flandes con motivos
religiosos. El pueblo de Bachicabo hizo con los cuadros donados el retablo mayor de la iglesia.
El
lienzo de San Martín partiendo la capa es una obra de singular importancia
vinculada al ámbito cortesano. En ella se produce la transformación de un retrato
ecuestre en la imagen de un santo a caballo. Conserva su marco original negro
con aplicaciones doradas característico de mediados del siglo XVII, que se ha
suprimido en su parte inferior para encajarlo al retablo.
El Descendimiento
de la Cruz es copia fiel de un original de Rubens, aunque con un eje diagonal
invertido.
En la
calle del Evangelio del segundo cuerpo del retrato se dispone un lienzo de San
Miguel venciendo al demonio. Es una de las múltiples copias que se hicieron del
tema homónimo que Guido Reni realizó para los Capuchinos de Roma.
El
cuadro de San Francisco en meditación responde a una de las iconografías más
populares de este santo durante la Contrarreforma y tiene su origen en la obra
de El Greco. Los otros dos lienzos, más populares, son la Virgen de la Leche y
la Sagrada Familia. Hay tallas policromadas de San Joaquín y Santa Ana.
En el
año 2.006, se procede por el Servicio de Restauraciones de la Diputación Foral
de Alava al desmontaje del cuadro “San Martín partiendo la capa” para su
restauración. Se descubre entonces parte de una pintura mural de la pared del
ábside que se hallaba oculta por el retablo.
En el
2.009 se desmonta el cuadro “El descendimiento”, también para su restauración y
aparece otra nueva escena en la pared.
Ante la
importancia del hallazgo se ha procedió al desmontaje total del retablo para su
completa restauración, y se desmontó en 100 piezas, y al mismo tiempo se procedió
a la restauración del retablo fingido o pinturas murales ocultas en la pared
del ábside desde la construcción del retablo de madera con las pinturas entre
1677 y 1680.
Las
pinturas murales han sido atribuidas a Juan de Armona y realizadas hacia la mitad
del siglo XVI, es decir más de 100 años antes que la construcción del retablo.
Los
motivos de las mismas son “La huida a Egipto” aparecida tras el cuadro de “San
Martín partiendo la capa” en la parte superior de la pared, debajo aparece una
pintura mural dedicada a la escena del “Calvario”. Ambas han aparecido en buen
estado de conservación y sin ningún tipo de encalado sobre ellas. Sin embargo,
en la parte inferior de la pared del ábside aparece un hueco que pudo ser de
una hornacina de la época, donde guardar el sagrario, rodeado de pinturas que quizá
fueran ornamentales y que en estos momentos no tienen sentido o figuración
alguna.
Y tras la visita que espero os halla aparecido interesante, damos por finalizada nuestra excursiòn deportivo cultural de hoy.
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