APARICION DE LA VIRGEN DE PETRAS EN ESPEJO
Aparición de la Virgen de Petrás en Espejo (Valdegovía). Año 1.931
En el verano de 1.931 a pocos
meses de iniciada la II República (14 de
Abril), fueron muy sonadas las supuestas apariciones de la Virgen en este lugar
y que tras muchas procesiones y rezos, fue desmontado el supuesto engaño por
mozos de Villanañe y Espejo, quienes a golpes desalojaron a la gente allí
reunida y talaron los pinos donde supuestamente se aparecía la Virgen. Con los
restos del altar los mozos bajaron a Espejo, donde reorganizaron un nuevo altar
y colocaron a modo de bufa un cartel que decía:
La Virgen de Petras, Cansada del
monte, Ha bajado a la Ciudad
Así contada la historia es una
forma muy sencilla de resumir lo acaecido, pero profundizando y hablando con
gente más o menos implicada o testigos de aquellos hechos, hay que resumir los
hechos que ocurrieron viendo los favorables y los contrarios a dicha aparición.
Hoy aparte del recuerdo de lo
acontecido, queda la roca en la que supuestamente se aparecía la Virgen y en la
que aún se puede apreciar sus oquedades
quemadas por las velas que se ponían en la misma en honor de la Virgen de
Petrás.
Y también en lo más profundo queda
la duda de si realmente se apareció la Virgen
Virgen de Petras: Aparición en Espejo.
Un muchacho de familia oriunda
del pueblo cercano de Bachicabo, llamado José Luis Barrio, de unos 14 años de
edad, y mientras pastoreaba un pequeño hato de ganado, como no podía ser menos cuando
se trata de apariciones de la Virgen que siempre se aparece a pastorcillos,
dijo habérsele aparecido la Virgen cerca del manantial de Petrás.
En cosa de días, las gentes de
buena fe le dieron crédito a la noticia y empezaron a reunirse en torno a la
roca de Petrás, junto al vidente a la espera del hecho milagroso de ver
aparecer a la Virgen. En principio eran personas llegadas desde los pueblos
próximos, pero poco a poco fueron uniéndose gentes llegadas de Bilbao, Vitoria
y Miranda de Ebro, y hay quien recuerda en Espejo la llegada desde de Madrid de
autobuses para ir en peregrinación hasta el sitio de Petrás.
Varios curas párrocos de la zona,
principalmente D. Félix Alesón párroco de Espejo y D. Ildefonso, párroco de
Barrio, consideraron que convenía ordenar esta concurrencia de fieles y con su
tutela organizaron comitivas camino de Petrás, rezando el rosario y las
letanías de costumbre.
En estas circunstancias, se
unieron otros videntes que también veían a la Virgen, entre ellos otro de
Bachicabo, Ignacio Orruño, y hasta seis o siete más de otras localidades del
Valle, quienes decían ver la Virgen también.
Contexto de las apariciones
En primer lugar hay que analizar
el contexto en el que tuvo lugar la supuesta aparición de la Virgen en el
término de Petras, de ahí su nombre Virgen de Petras, muy cerca del manantial
de agua así también llamado y que históricamente suministra el agua al pueblo
de Espejo.
Coincide esta aparición en el
tiempo, también con las apariciones de
la Virgen de Ezquioga en Junio de 1.931 en el pueblo de Ezquioga (Guipuzcoa),
sin olvidar la exaltación de los milagros de Fátima y de Lourdes.
El hispanista católico irlándes
Walter Starkie visitó Ezquioga cuando las apariciones estaban en su momento de
máximo auge y dedicó un capítulo entero de su libro Spanish Raggle-Taggle a los
sucesos de Ezquioga. Después de analizar las historias que le contaron y de ver
los hechos que allí ocurrían, concluyó bastante convencido que grupos
derechistas y tradicionalistas estaban utilizando los sucesos de Ezquioga como
herramienta política en su lucha contra la laica Segunda República Española,
que se había proclamado dos meses antes de iniciarse las apariciones. Algunos
de los mensajes que supuestamente había dado la Virgen a los videntes hablaban
de una inminente guerra.
En Espejo pudo suceder otro tanto
ya que el ambiente político era muy malo con los republicanos muy en contra de
lo religioso.
Hubo dos bandos irreconciliables
en el tema de la aparición: los que estaban convencidos de que así eran y se
dejaron llevar por motivos religiosos y económicos; y los que estaban
convencidos de que era un engaño o no lo querían creer y se llevaron por
motivos antireligiosos, pero hubo en este grupo como veremos personas e
instituciones que estuvieron en contra por motivos no sólo religiosos como
también económicos. Los mismos motivos distintas motivaciones.
A Favor de la Aparición de la Virgen de Petrás:
Lógicamente priman en primer
lugar en los motivos religiosos en esta
supuesta aparición de la Virgen:
- el vidente de Batxikabo quién
decía ver la Virgen, y posteriormente otros videntes y creyentes.
- El cura párroco entonces del
cercano pueblo de Barrio, D. Ildefonso, fervoroso siguiente de la Virgen de
Petrás, y D. Félix Alesón, párroco de Espejo, quienes organizaban procesiones
hasta el lugar, de forma muy rimbombante con crucifijos, monaguillos, etc…
- La feligresía en especial,
mencionando expresamente a las hermanas Barredo del pueblo de Espejo,
reflejadas en el cuento El Tercer Milagro por Pedro Morales Moya en su libro
titulado Al Aire Libre-Cuentos Alaveses, y quienes durante años después del
desmontaje continuaron yendo al lugar a rezar a la Virgen.
En segundo lugar no hay que
olvidar los motivos económicos.
Los lugares donde se aparecen las
vírgenes, se revalorizan económicamente y son objeto de especulaciones inmobiliarias.
Véanse Fátima o Lourdes y los negocios inmobiliarios y comerciales que alrededor de estas apariciones se han
realizado.
Ya había gente pensando en
levantar un edificio para venerar a la Virgen y en Espejo ir pensando en
levantar hoteles, fondas, etc…. Las hermanas Barredo mencionadas no eran ajenas
a ello, por ser las idealistas, pero su entorno sí y además ser propietarias de
muchas fincas en Espejo.
En contra de la Aparición de la Virgen de Petrás
Nos encontramos principios o
motivos antirreligiosos.
Se estaba en plena república y
aunque declarada aconfesional, realmente fue anticlerical con un odio extremo a
los curas. Así los jóvenes en especial, hacían mofa y escarnio de los
seguidores de la Virgen de Petras en el pueblo de Espejo
Unos lo hacían por motivos
personales. Estaban dos jóvenes de Espejo acusados de una violación cometida
justo antes de la República, en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, y
que tenían inquina a D. Ildefonso, cura de Barrio, quien impulsó la denuncia
por violación. Dichos jóvenes pagaron entonces con cárcel el supuesto delito
cometido. El día de la refriega en Petrás que acabó con las apariciones, D. Ildefonso y su feligresía volvían en
procesión después de rezar ante la Virgen de Petras atravesando el monte hasta
llegar a la carretera. La comitiva tenía que pasar bajo la peña a cuyos pies
brota la fuente que llaman de “El judío” a la entrada del pueblo de Barrio. Estos
jóvenes de Espejo les esperaron en lo alto de la peña, y se dispusieron a tirar
piedras al cura y acompañantes con ánimo de asustarles e impedirles el paso al
pueblo. D. Ildefonso dio un paso adelante y con los brazos en cruz, se
arrodilló y gritando hacia arriba a los
atacantes les conminó a que le mataran a él solo y dejaran al resto de
acompañantes en paz. Esta actuación sobrecogió a los jóvenes de Espejo quienes
dieron marcha atrás en sus intenciones.
Pero también nos encontramos que
desde la propia institución eclesiástica del valle, concretamente el Santuario
de Nuestra Señora de Angosto, estuvo en contra de dar veracidad a esta
aparición, y lo hizo por motivos religiosos propiamente y económicos.
Hay que tener en cuenta que la
aparición de la Virgen de Petrás si se demostrase u oficializase iba en contra
de la Virgen de Angosto, quien nunca se apareció como la de Petrás, sino que lo
que apareció en Angosto fue una imagen
de una virgen que luego daría nombre al lugar y a ella misma. Sería para los Pasionista
de Angosto ver como la devoción de la gente cambiaba de Virgen y con ello
también sus donaciones, testamentos, etc…Motivos económicos tampoco le faltaban
para ello como se puede imaginar.
El enfrentamiento eclesiástico
entre los rectores del Santuario de Angosto y los fervientes defensores de la
Virgen de Petrás, encabezados por el párroco de Barrio no podían hacer
evidentes ni públicos.
Un fraile mayor de Angosto me
desveló que efectivamente los frailes de Angosto estaban en contra de Petrás,
pero que no podían entrar en discusión o peleas directamente con los curas de
Barrio y Espejo, que mantenían buenas relaciones con el obispo de Vitoria, Monseñor
Mateo Múgica , no cómo ellos que
dependían de su orden. Los frailes de Angosto acudieron a Rodrigo Hipólito de
Varona Guinea, padre del actual señor de Varona, solicitando su ayuda por haber sido la familia
benefactora de Angosto desde tiempos inmemoriales. Recordar que en 1.886 cuando quedó destruido el convento de
Angosto por un incendio los frailes se alojaron en la Casa de Franciscanos de
Espejo, a excepción del prior y otro,
que lo hicieron en la casa torre de los Varonas.
También fui informado por el
actual señor de Varona, Rodrigo María de Varona y Beltrán de Salazar, de que efectivamente
su padre envió a mozos de Villanañe a Petrás para reventar las apariciones,
cuadra así las dos versiones que dicen que si fueron de Villanañe o fueron de
Espejo. Fueron jóvenes de ambos pueblos los de Espejo por republicanos y por la
inquina a D. Ildefonso y los de Villanañe mandados por el Señor de Varona para
proteger a Angosto, los que pusieron punto y final a las apariciones de la
virgen en Petrás.
Fin de las apariciones
Un atardecer, cuando la masa de
fieles estaba rezando el rosario ante la roca, a la espera de que se produjera
la aparición, ese grupo de mozos, irrumpió en la explanada y la emprendió a
golpes con los devotos de Petrás, para que desalojaran la zona. Arrancaron las
flores y ramajes que rodeaban el hueco abierto en la roca donde se suponía que
aparecía la virgen. Hubo alguna resistencia y se liaron a palos y puñetazos
para disolver a la feligresía allí congregada.
Los mozos bajaron a Espejo ramas
y flores y montaron un falso altar en el ventanal de una casa, justo donde
arranca la carretera de Barrio y colocaron el cartel con la letrilla: La Virgen
de Petrás, cansada del monte, ha bajado a la Ciudad”.
La Guardia Civil inicio un
procedimiento de interrogatorios para conocer el alcance de la reyerta e
informar sobre la verosimilitud o falsedad de las apariciones.
Desfilaron por el cuartelillo de
Espejo los que decían ver a la Virgen, que “hábilmente interrogados” tuvieron
ocasión de desdecirse. Aun así el vidente de Bachicabo, José Luis Barrio, se
mantuvo en sus trece durante muchos días, hasta que acabó desdiciéndose de sus
visiones.
En 2017, he podido contactar con Administración de la Guardia Civil y me
confirman que el archivo del cuartel de Espejo, fue destruido por haber
prescrito ya el plazo de guarda de documentación.
Pese a todo, las dos señoras que en Espejo llamaban “las
barredas” por apellidarse Barredo, y de nombre Encarna y Lucrecia que
habitualmente residían en Vitoria y eran oriundas de Valdegovía, concretamente
de Bellogín y veraneaban en Espejo, siguieron visitando Petrás durante muchos
años y se decía que dieron protección al mozalbete visionario.
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