Los grabados de arte
figurativo y otros elementos en la fachada de la Iglesia de San Román en el
pueblo valdeguñés de Tobillas.
Este trabajo viene motivado para dar a conocer este arte figurativo que
se encuentra en las paredes, principalmente fachada, de la Iglesia de San Román
de Tobillas, que cuando se restauró la iglesia, nadie le prestó atención o
directamente no lo vieron, y eso que limpiaron a fondo la piedra y pudo
ocasionar daños irreparables en estas muestras que ahora sacamos a la luz.
El pueblo de Tobillas fue el
lugar escogido para aquellos cristianos que pusieron en marcha el primer templo
de esta religión en el País Vasco, el monasterio de San Román.
No hace mucho tiempo, la
Diputación Foral de Álava desarrolló un minucioso trabajo de recuperación que
ha vuelto a abrir el debate sobre la arquitectura prerrománica. Y es que el
edificio consta de cuatro etapas constructivas.
La primera de ellas, la cabecera
y las hiladas iniciales de la cimentación pertenecen al primer edificio, datado
en la primera mitad del siglo IX.
Del segundo edificio, del siglo
X, del que quedan huellas del ábside cubierto por cúpula de toba sobre pechinas
(cada uno de los cuatro triángulos curvilíneos que forman el anillo de la
cúpula con los arcos torales sobre que estriba). Se conservan las dovelas
(piedra labrada en forma de cuña, para formar arcos o bóvedas) reutilizadas en
el arco de entrada, una ventana y paños significativos de su parámetro
original.
Después, el edificio románico,
del que quedan el arco de entrada, frisos (parte ancha de la sección central de
un entablamento), canecillos (cabezas de la viga que asoma al exterior y
soporta la cornisa o alero) ..., todo ello muy alterado por la ruina sufrida
por la bóveda románica.
Y, por último, la cuarta fase que
engloba todas las reformas que ha ido sufriendo hasta llegar a nuestros días.
Además de la evolución en su
arquitectura, la importancia de la iglesia radica también en las fuentes
documentales a la hora de datarlo. El abad Avito aporta el primer testimonio
con la reforma como iglesia monástica en el año 822. La generosa dotación que el Abad
Avito efectúa al fundado monasterio es bien cuantiosa: 24 yuntas de bueyes, 100
vacas, 80 yeguas, 20 caballos y mulos,500 ovejas, 24 libros y 23 eras salsas
(1) Colección diplomática de San Salvador de Oña (Madrid 1950) tomo I, pp 2-3
(1) Et XX et III airas
in Salinas et suo puteo et ratione in illas fontes.
San Román es el primer monasterio
que adquiere una amplia participación en la explotación salinera de Añana.
Posteriormente, el presbítero
Vigila da testimonio de la restauración que se llevó a cabo en el siglo X. Una
lápida encontrada que está depositada en el Museo de Arqueología de Vitoria,
traducida del latín, dice: Renovado este templo por el Presbítero Vigila en
honor de San Román y San Cipriano, por su cuenta, en la era 977, que
corresponde al año 939.
Y el tercer testimonio, de reciente descubrimiento, llega mediante un epígrafe de clara paleografía mozárabe,
todavía in situ. Esta inscripción puede verse casi a la altura del suelo a la
derecha del altar.
La transcripción es muy
problemática porque está bastante deteriorada. Primera línea: (---) DEI +++ AB
/ (---) TAS. En la primera línea se lee DEI, que pudiera ser el final de la
frase funeraria obit famulus dei. Lo último puede leerse como ABAS, quizá la
condición eclesiástica del difunto. Segunda línea: SITUS IN ER / (---) S III. El inicio del siguiente renglón también es
confuso, pero puede leerse SITUS IN E, con restos quizá de un R que puede hacer
referencia a la era. La última línea presenta diversos caracteres que pueden
ser interpretados como numerales.: A XXXVI, quizá haga referencia a la edad en
que murió el difunto, pero resulta difícil de interpretar. De lo que no cabe
duda es del uso de grafías del alfabeto visigótico-árabe, entre las que destaca
el uso de la T toledana.
Pero cabe preguntarse qué había
anteriormente en ese lugar. La primera pista nos la puede dar la existencia en
el interior de la iglesia de un pozo
romano, que posiblemente en alguna época fue posteriormente utilizado
como silo para la recogida de los diezmos.
Y las segundas pistas,, nos las
dan las piedras sillares de su fachada que nos indica claramente la
reutilización de estas piedras en la construcción de la nueva iglesia
procedentes del edificio anterior.
La colección de grabados en las piedras sillares de la fachada. Tampoco
es casualidad el lugar donde están grabados, la puerta de acceso y los
laterales. Siempre tienden a concentrarse en esa zona.
En el estudio general que publicó
A. Azkárate sobre el trabajo realizado en Tobillas, la zona de los grabados la
atribuyen a una fase que se inicia en torno al s. XII. Pero en la lectura de
paramentos que se hizo, a los sillares donde se encuentran grabadas las
pentalfas, el molino de doce, las retículas y demás, se les atribuye una
cronología entre finales del. s. XIII- s. XV. Esto sirve como fecha post quem
para los grabados. Además, no pensamos que los grabados sean anteriores y
acabaran en el lugar en el que se hallan fruto de la reutilización posterior de
los mismos; el emplazamiento es muy típico y además no encontramos ningún otro
grabado de ese tipo y estilo fuera del entorno de la puerta, que sería lo
esperable en caso de reutilización.
Ahora bien, se hace una
cronología muy tardía. En iglesias de Valdegobía de fechas posteriores al
románico no hay molinos de doce ni pentalfas de ese tipo, y tampoco retículas.
Pero sí se ven este tipo de grabados en iglesias románicas (y también en alguna
prerrománica), por lo que no parece descabellado apuntar una cronología
anterior. De hecho, esos grabados en concreto cuentan con una tradición, como
símbolos, muy larga, que hunde sus raíces en la prehistoria y protohistoria
(caso de las retículas) y época romana o tardorromana (molino de doce). Todo lo
anterior hace difícil atribuir a esos grabados una fecha como el s. XIII,
cuando en el resto de iglesias de Valdegobía ya no los vemos. Y no puede ser
casualidad que aparezcan precisamente en San Román de Tobillas, la iglesia más
antigua de Valdegobía, que cuenta con antecedentes en época romana.
Todo son grabados, los
principales y más interesantes de tipo filiforme (fina línea incisa), con
motivos esquemáticos que pueden corresponder a arboriformes
Otras pueden corresponder a esquematismos humanos
Unos grabados muy numerosos nos
muestran pentalfas
Pentalfas: Una estrella pentagonal, también llamada
pentáculo, pantáculo, pentalfa, pentángulo o estrella pitagórica es un polígono
estrellado de cinco vértices dibujado con cinco segmentos de recta consecutivos
tal que cada uno corta a otros dos. Es un polígono complejo.
También se le denomina pentalfa
porque su dibujo posee cinco letras A (alpha en griego) y pentángulo por poseer
5 ángulos agudos.
En tiempos paganos Pentalfas o Estrellas
de 5 puntas, se colocaba en las entradas a las casas o edificios como cierre para
neutralizar energías negativas y de esta forma se formaba un cierre de
protección para recintos.
Con la conversión al
cristianismo, las pentalfas pasan a simbolizar la fuerza de Cristo quien
protegerá a los habitantes de las casas. También en el cristianismo el
pentagrama geométrico con el vértice meridiano apuntando hacia arriba significa
las cinco llagas de Cristo.
Pero también la pentalfa es un
juego que todavía hoy en día se juega en Creta.
Movimientos del juego de
pentalfa:
El jugador tiene nueve piedras
que ha de ir poniendo sobre el tablero siguiendo las normas siguientes:
◦En primer lugar se poner la
piedra o ficha sobre una de las marcas, que esté vacía.
◦Seguidamente se mueve a un
segundo punto adyacente que puede estar ocupado o vacío.
◦Finalmente se mueve a un tercer
punto que esté en línea recta con los anteriores y que esté desocupado.
Seguidamente intenta colocar una
nueva ficha siguiendo las mismas normas.
Final: Ha de conseguir poner las
nueve piedras.
Hay otros grabados en esas
piedras sillares, con una simbología que no está del todo clara, y otros como
tableros de juego, en concreto el molino de doce, pero que están en la pared,
lo que indica un valor simbólico, que queda confirmado por otros hallazgos
similares.
Hay unos grabados que pueden
parecer juegos de mesa, tipo
damero actual
Hay que tener cuidado con las
representaciones de tableros de juego en iglesias, es muy importante la
ubicación del tablero. No es igual que esté en un banco que en una pared. En
ese segundo caso, resulta difícil interpretarlo como algo con función lúdica, debiera
ser algo más bien simbólico. Para el caso de aquellos grabados que parecen
dameros el tema es aún más complicado puesto que cuentan con paralelos, como
mínimo, desde la Edad del Bronce. Los conocemos como retículas. Un ejemplo en
los grabados de Ojo Guareña, o bien en algunas estelas de la Edad del Hierro,
como las de La Hoya.
Lo interesante de los grabados de
Tobillas es que algunos de ellos, en concreto las pentalfas, el molino de doce
y las retículas, recogen una tradición gráfica que es muy antigua y que luego
ya dejamos de verla en iglesias posteriores del valle.
Pero hay juegos que se ven claramente como el del molino de doce
(Croquis del molino
de doce. Antzoka Martínez Velasco)
El juego del molino o molino es
un juego de estrategia abstracto de mesa para dos jugadores originado en el
Imperio romano.El juego es mencionado como Alquerque de nueve en el Libro de
los juegos y también es conocido como nueve hombres de Morris o Morris. En
inglés es conocido como Nine Men's Morris, Mill, Mills, Merels, Merelles y
Merrills en inglés; en francés como jeu du moulin en francés o en piamontés
como grisha.
Reglas de juego:
Cada jugador dispone de nueve
piezas, u "hombres", que se mueven en el tablero entre veinticuatro
intersecciones. El objetivo del juego es dejar al oponente con menos de tres
piezas o sin movimiento posible.
Colocando las piezas:
El tablero al principio del
juego, antes de que ninguna pieza sea colocada.
El juego comienza con un tablero
vacío. Los jugadores se turnan para colocar sus piezas en las intersecciones
vacías. Si un jugador es capaz de formar una fila de tres piezas a lo largo de
una de las líneas del tablero, tiene un "molino" y puede eliminar una
de las piezas de su oponente en el tablero; las piezas quitadas no podrán ser
colocadas de nuevo. Los jugadores deben eliminar cualquier otra pieza antes de
eliminar una pieza de un molino formado. Una vez que todas las dieciocho piezas
se han colocado, los jugadores se turnan moviendo.
Movimiento de las piezas:
Para moverse, el jugador desliza
una de sus piezas a lo largo de una línea en el tablero a una intersección
vacía adyacente. Si no puede hacerlo, ha perdido el juego.
Al igual que en la etapa de
colocación, un jugador que coloca tres de sus piezas en línea en el tablero
tiene una línea de molino y puede eliminar una de las piezas de su oponente,
evitando la extracción de piezas en los molinos si es posible.
Cualquier jugador que es reducido
a dos piezas no es capaz de eliminar más piezas del oponente y, por tanto,
pierde la partida.
Vuelo
En una variante común, una vez
que un jugador es reducido a tres piezas, sus piezas pueden "volar",
"brincar" o "saltar" a cualquier intersección vacía, no
sólo a las adyacentes. Algunas fuentes de las reglas dicen que ésta es la forma
en que se juega el juego,otras la tratan como una variante, y algunas no la
mencionan en absoluto. Un "Manual de Juegos del Siglo XIX" llama a
ésta la "forma verdaderamente rústica de jugarlo"
Estrategia:
Al comienzo del juego, es muy
importante colocar piezas en los lugares más versátiles para intentar formar inmediatamente
molinos y no cometer el error de concentrar las piezas propias en un área del
tablero.
Una posición ideal, que
generalmente resulta en una victoria, es ser capaz de colocar una sola pieza
para formar dos molinos, suprimiendo una pieza por turno. Por ejemplo, en el
diagrama anterior, el blanco puede ganar el juego, aunque el negro mueva
primero.
El número estimado de posiciones
legales posibles en el juego es de 1010, mientras que el número de juegos
posibles es de aproximadamente 1050. En octubre de 1993, Ralph Gasser resolvió
el juego, demostrando que termina en un empate con un juego perfecto. Gasser
también desarrolló un jugador con inteligencia artificial llamado Bushy, que es
considerado como el jugador más poderoso del mundo.
El juego del molino con doce
piezas añade cuatro líneas diagonales y le da a cada jugador doce piezas. Esto
significa que el tablero puede ser llenado en la etapa de colocación. Si esto
ocurre, el juego termina en empate. Esta variante del juego es muy popular entre
la juventud rural en Sudáfrica, donde es conocido como Morabaraba y ahora es
reconocido como un deporte en ese país. El mismo tablero también se utiliza
para la variante con once piezas.
También en la fachada de esta
iglesia destaca su reloj canónico
Normalmente estos relojes se
colocaban a la altura de entre 1,50 y 1,70. No son relojes de sol son relojes
de canónicos o de oración y también de misa.
Este reloj típico de los
canónicos, además tiene en su parte superior izquierda un grabado que puede
tener diversas interpretaciones. (hay quien piensa que puede ser una cruz
templaria, o simplemente una cruz cristiana para indicar que el reloj es para
seguir el culto cristiano.
En el siglo VII tomaron
relevancia las órdenes benedictinas. En el año 529, el fundador de esta orden
religiosa, san Benito, prescribe desde su monasterio unas Reglas precisas por
las que todos los monjes benedictinos de Europa deben regirse. Ya desde sus
orígenes, la Iglesia católica quiso santificar determinadas horas del día con
una oración común. San Benito denominó a estas horas de rezo "horas
canónicas", y así se haría desde el siglo VI. El nombre proviene de las
normas o cánones proporcionados por la Iglesia.
La gnomónica de estos siglos
derivó a la construcción de relojes de misa o relojes de horas canónicas, en
ellos se indicaban las horas de rezo. Estos relojes se encuentran ubicados
generalmente en las fachadas meridionales de iglesias o monasterios.
En la mayoría de las ocasiones,
cuando se cita una hora del día en un documento medieval se hace referencia a
las horas canónicas, reguladas ya por la regla de San Benito, eran:
•Maitines o Vigiliae. En la mitad
de la noche.
•Laudes o Matutini. Entre
maitines y prima.
•Prima. Cuando el Sol empieza a
aparecer por el horizonte.
•Tercia. Entre prima y sexta.
•Sexta. Mediodía.
•Nona. Entre sexta y vísperas.
•Vísperas. Al ponerse el Sol.
•Completas. Antes de acostarse,
en plena noche.
Hemos de tener en cuenta que su
correspondencia con nuestras horas del día actuales no es siempre la misma
variando con la duración del día según las distintas estaciones del año.
Únicamente la sexta coincidirá
siempre con el mediodía de nuestra hora solar, pero la prima y las vísperas son
muy variables, así como los períodos comprendidos entre ellas.Para conocer estas horas los más
habitual era disponer un sencillo reloj de sol en la fachada de la iglesia o de
la ermita más cercana. Son numerosos los relojes de sol con horas canónicas que
han llegado hoy en día, pero son escasísimos los que pueden estar datados con
exactitud dentro de la Alta Edad Media, ya que no hay ningún documento sobre
este tipo de relojes canónicos.
Y de menor importancia, por ser
más recientes, las cruces que se encuentran en varias piedras sillares en su
fachada o al menos eso se intentó hacer.
Este trabajo no hubiese sido
posible sin la colaboración necesaria de mi buen amigo Antxoka Martínez
Velasco, arqueólogo.
Juan Carlos Abascal
Espejo-Valdegovía – Mayo 2019
Bibliografía:
-
Aportaciones al debate sobre la arquitectura
prerrománica peninsular: La Iglesia de San Román de Tobillas (Alava), por
Agustín Azkárate Garai-Olaun, Universidad del País Vasco- Euskal Herriko
Unibertsitatea. Archivo Español de arquitectura AEspA. 68, 1995.
-
Tableros de Juegos medievales en la Cuenca de
Pamplona. Pedro Argandoña Ochandorena. Kobie Serie Antropología Cultural nº 14
-
Los grabados rupestres del despoblado medieval de
Revenga (Brugos). José I. Padilla – K.A. Rueda. Munibe
(Antropología-Arkeología) nº 62
-
Tradición y continuidad en el arte rupestre en
la antigüedad tardía. Juan A. Gómez Barrera.
Relojes de Sol
en el territorio histórico de Alava y Treviño. José Ignacio Dominguez Amescua. N.º
12 Ohitura. Estudios de etn
lo voy a leer muy despacio, pues me parece muy interesante, y estoy en un momento en el que tengo tiempo para hacerlo. asi pues agradezco mucho la información
ResponderEliminarLola
Muchas gracias por tu atención e interés. Un estudio de esas inscripciones que hice con mucho gusto ya que estuvieron a punto de desaparecer al limpiar las piedras de la fachada con chorro de arena
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