VICENTE BLANCO GARCIA
Hoy quiero recordar a otro alavés
no desconocido, pero sí olvidado: Vicente Blanco García, quien, sin embargo,
tiene en su memoria una calle a él dedicada en Zaragoza.
Vicente Blanco García, natural del
pueblo alavés de Sobrón en donde nació el 28 de agosto de 1906, falleció en
Zaragoza en 1975. Ordenado sacerdote el 25 de julio de 1932 en Comillas
(Santander) y doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, en
el curso 1933-1934. Al año siguiente amplió sus estudios en París. Formó parte
del grupo de sacerdotes a los que José María Escrivá transmitió el espíritu del
Opus Dei, para cuya obra, en base a los quince temas de apologética tomados de
modelo de la Casa del Estudiante, Vicente Blanco García, elaboró un curso de
religión que incluía treinta temas, que posteriormente redujo a veintiocho
agrupados temáticamente en cuatro apartados: Dios, La Creación, Jesucristo y la
Iglesia. Su “Curso cíclico de Religión” fue un fracaso con escasa asistencia a
sus clases, una media de quince y eso que las impartió de forma gratuita. Ese
año de 1934, Vicente Blanco explicó dos temas especialmente candentes en la
España de esos años: “La separación de la Iglesia y del Estado es absurda” y
“Relaciones que deben mediar entre la Iglesia y el Estado”. Aunque hoy nos
parezca extraño, en aquella época no era absurdo pensar que la Iglesia y el
Estado deberían de separar sus poderes, pues era algo innato de la doctrina
católica del momento.
Su tesis doctoral se tituló San Ildefonso, De
Virginitate (1937) cuando era profesor ayudante de la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad Central. Fue catedrático de lengua y literatura latina
en la Universidad de Oviedo, puesto que logró en 1942 y más tarde en la
Universidad de Zaragoza.
Su producción, versa
principalmente sobre lengua y literatura latina, tanto clásica como medieval:
Plinio el Joven: Cartas. Madrid, 1938-1941; El futuro simple en los autores
latino-cristianos. Madrid, 1938; Gramática y antología del latín medieval,
Aguilar, Madrid, 1943; Antologías latinas, 5 t., y Gramática latina, Aguilar,
Madrid, 1943; Historia y técnica del hexámetro latino, Zaragoza, 1944;
Diccionario abreviado latino-español y español-latino, Aguilar, Madrid, 1944;
Santa Catalina de Alejandría y su tiempo, Oviedo, 1944; Pervivencia de Horacio
en la moderna preceptiva literaria, Madrid, 1945; El futuro imperfecto en
latín, Comillas, 1945; Cayo Cornelio Tácito, trad. y notas, Aguilar, Madrid,
1946; Tácito y Shakespeare, Zaragoza, 1947. De la época de su doctorado es el
trabajo El manuscrito Ashbu-nham 17 de la Real Biblioteca Medicea Laurenziana
de Florencia, Madrid, 1936.
Y así termino el recordatorio de
este también ilustre alavés que fue Vicente Blanco García, con sus claroscuros
religiosos y su buen hacer como literato.
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